💬El mismo día en que Carles Puigdemont perdía la inmunidad europarlamentaria, los presos del 'Procés' perdían la semilibertad del tercer grado. ¿Causalidad? o ¿Causalidad?. Más bien el segundo. La justicia española mueve sus resortes y la política no encuentra caminos para acomodar sus posturas. Unos celebran esta pérdida de inmunidad con el argumento de que el camino hacia la extradición se aplana, mientras los otros, hablan de victoria moral, por este 42% de eurodiputados contrarios a la retirada de la inmunidad. Pero la realidad es que todos pierden y perdemos también nosotros.
El relato del independentismo ha perdido fuerza y sobre todo credibilidad. Es un relato emocional, épico, fácil de vender y de comprar en su simpleza: el pequeño país subyugado por el pérfido estado represor. Es un relato que ya no funciona, ha caducado y si se mantiene un poco vivo es porque a España le cuesta encontrar la manera de definirse y escribir su relato. La incompetencia, una política de corto plazo y un pasado mal gestionado, son algunos de los factores que se interponen para emprender un debate profundo sobre lo que es y lo que quiere ser España. Y, mientras España no se defina y sepa que quiere ser de mayor, tendremos el problema de Catalunya enquistado por mucho tiempo. Sólo el sentido común y de estado de ERC puede reparar el daño o al menos mitigarlo, aunque sea momentáneamente; pero una tregua entre unos y otros, mientras se dedican a reconstruir cada uno su país y a gestionar la posdtpandemia, sería de agradecer por una ciudadanía que ya está harta de todo y de todos.
Lo de siempre: algo de sensatez y pragmatismo. La patria está muy bien (la grande y la chica), pero la ciudadanía lo que quiere es tener trabajo, vivir tranquila y no pillar el bicho. Lo demás puede esperar.
ResponderEliminarUn saludo.
Y estos politicuchos están precisamente por todo lo contrario a lo que quiere y necesita la ciudadanía.
ResponderEliminarSaludos.