LA MEJOR DE LAS IDEAS

Como todos ustedes ya saben, o deberían saber, a partir de ayer sábado, 26 de Junio ​​por la gracia de Sánchez, y tras más de un año, ya no tendremos que llevar la mascarilla en la calle, con lo cual es evidente que se venderán menos, porque la mayoría de ciudadanos alargarán la vida útil de la protección facial, con mascarillas guardadas en una bolsa o en el bolsillo trasero del pantalón. Del mismo modo que fue correderas para conseguir una cuando tocaba, ahora nos desharemos alegremente de ellas, con la alegría que nos otorga el hecho de abandonar cosas inútiles. Por ello, los fabricantes se han apresurado a decir que no pasa nada y que la producción seguirá igual, aunque seguro que sufren por el negocio. Y aquí comienza una larga, entretenida y filosófica disputa entre las libertades y las obligaciones. Entre el poder y el tener que hacer. Entre la elección y la imposición.

En una encuesta Papus hecha ayer cuando subía por la Rambla con la bicicleta, y rondando un poco por el barrio, pude constatar que de 60 en adelante siguen casi todos con la mascarilla puesta, y de 60 hacia atrás algunos la usan, pero son los menos. Eso si, la nariz a la vista para que no se pierda detalle.

Explica Iosu de, en Torre en el periódico, como una mujer recoger la deposición de su perro con la mascarilla quirúrgica que acaba de sacarse, caminaba unos pasos hasta una papelera y encestaba el paquetito, mal envuelto. La imagen inédita sirve de metáfora, resumen, de estos tiempos de mierda. Ocurrió en Barcelona hace unos días una hora temprana en el cruce de las Calles de Valencia y Villarroel. La mujer, menuda, con bata y chancletas, dio media vuelta, caminó unos pasos hasta ser engullida por un portal. Mientras tanto, a nadie se le ocurrió, Gobierno, Padres y Madres o Docentes, que enviar cientos de adolescentes alocados y alborotados, solos de viaje de fin de curso a Baleares, no era la mejor de las ideas. Tanto cuidado que ha tenido Sanidad para los ancianos en esta pandemia, y en cambio la juventud ha sido del todo olvidada y menospreciada, los han abandonado a su desdicha.