Circuito europeo, empresariado, Iglesia católica y mayoría parlamentaria del Congreso de los Diputados, a favor de los indultos. Este es el cuadro, por arriba, Por abajo, una opinión social claramente favorable en Catalunya, que va mucho más allá del ámbito del voto independentista (el zócalo independentista está furioso) y una opinión todavía adversa en el resto de España con balanceos significativos en las últimas semanas. El no estaría ahora en el 55%. Es un cuadro que invita a hilar fino.

Nuevamente, al Partido Popular le cuesta hilar fino. No le fue bien la manifestación de Colón y ha pinchado en la campaña de recogida de firmas. Su problema tiene tres letras: Vox. El partido de la extrema derecha amenaza con presentar una segunda moción de censura a Pedro Sánchez. Vox ocupa estos días el retrovisor de Pablo Casado. En este contexto entra en escena José María Aznar, con un discurso amenazante para quienes han apoyado a los indultos. “Son días para apuntar y no olvidar”, ha dicho el expresidente del Gobierno, arrogándose funciones de guardia de seguridad del sistema político español. Lenguaje húngaro.

Un Aznar, que encima acusa al Psoe de acceder al poder de manera irregular, gracias al 11-M dice el rencoroso, el mentiroso compulsivo que nos decia después de la reunión de las Azores- Irak tiene armas de destrucción masiva, "creanme -  mirando fijamente a cámara -  les estoy diciendo la verdad. !La verdad! Bush i Blair pidieron perdón por sus mentiras para justificar el ataque a Irak, pero Aznar en su soberbia mesetaria ¡no!, sostenella y no emnendalla. Culpa al PSOE de usar el 11-M para llegar al poder, cuando fué la ciudadanía que palpó sus mentiras sobre la autoría del atentado, sólo hay que recordar las dos vías del caradecemento Acebes que insistía en que habia sido ETA cuando la misma tarde toda la prensa internacional hablaba ya de un atentado yihadista. Se entiende, si el atentado era obra de ETA ganaba el PP las elecciones, si era un atentado Yihadista, - recuérdese la impresionante manifestación del No a la guerra - las perdían.

Aznar es rencoroso, y aún no lo ha digerido ni perdonado,  y ahora se dedica a amenazar al Obispado y al Empresariado, arrogándose funciones de guardia de seguridad del sistema político español. Le puede al hombrecito del bigotito intangible, su pasado falangista, y es que hay pasados que dejan huella.