DE POLÍTICA GALLINÁCEA
Cataluña está a la cabeza en número de contagios con la cepa Delta desencadenada, un 16% del total de Europa. Este virus nos ha enseñado a ser humildes, y lo ha hecho con las peores armas: el dolor, el miedo y la carestía. Lejos quedan los días en que subestimamos su letalidad. También la ligereza con que algunos se lanzaron a su utilización política. Recuerdo cuando salían a la palestra Alba Vergés y el conseller de interior Miquel Buch, reclamando el control de la pandemia al 'Gobierno de España'. Aquellas semanas en que, en plena expansión pandémica, mientras las muertes se disparaban, aquí hacian gala de una superioridad nacionalista insoportable, culpabilizando o ridiculizando en vez de mostrar solidaridad al Gobierno de España. Si nos dejaran el control nosotros, esto lo arreglábamos en una semana - insinuaban subliminalmente - moviéndose en la más patética política gallinácea en plena pandemia mundial. con un ambiente ya bastante crispado por todo ello.
Más tarde les cedieron el control de la pandemia y no es que mejoraran mucho en su gestión tan reclamada, y hoy ni tan siquiera están ya en el cargo de consejeros ninguno de los dos. Mientras tanto, el Dr. Argimón, tampoco es que de Conseller haya sido muy acertado, visto lo visto y como estamos de mal, y lo peor es que ahora no se le puede echar la culpa al 'Gobierno de España', pero nadie se la da - de momento - al 'Gobierno de Catalunya', y quizás ya sería hora de pedir responsabilidades. El desastre es de una enorme magnitud y nadie se responsabiliza, como mucho se limitan a culpar a los jóvenes, lo que siendo cierto, no es de recibo, la culpa abarca a más gente, pero el primer y último responsable, es el Gobierno de Cataluña, no el de España.
Quizás habría sido bueno, que la prensa en vez de enseñar constantemente imágenes como la que abre el escrito, y la Tele de pinchazos que ya nos tienen hartos, enseñaran más imágenes de gente intubada en la cama de un hospital.
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