Actualmente, sólo se hacen salidas puntuales, y todavía nadie ha repetido por las limitaciones de voluntarios y también del triciclo, uno solo, actualmente. Ahora bien, Lladó explica que la idea del proyecto radica en "instaurar paseos terapéuticas", en el que la gente mayor haga un trabajo de memoria y guíe al voluntario por los puntos que han sido importantes a lo largo de su vida. En este trayecto, se pretende que se "creen vínculos entre voluntarios y usuarios". Hoy es el turno de la Lucía. Declara sentirse "un poco nerviosa" antes del paseo. Ella decide ir a la avenida de Jaume I, para pasar por casa. Después quiere pasar por la plaza del agua y terminar el paseo, "si hay tiempo", en el parque de Vallparadís. Explica que "hace muchos años que no va en bici, pero le gusta la sensación de libertad y velocidad" que le da. Además, una vez ve que no tendrá que pedalear, celebra que "me llevarán como una reina". Paula es la voluntaria que la paseará. Tiene 29 años y este es su tercer paseo. Explica que conoció el proyecto para una amiga que participa en Barcelona y se lo recomendó: "Cuando supe que En Bici Sin Edad llegaba a Terrassa, no me lo pensé dos veces". Repite la experiencia, añade, porque "le gusta facilitar la movilidad a personas que no tienen oportunidad de visitar y pasear por los espacios que les gustaría".
Bicicletas Sin Edad, o cómo hacer sentir libre a la gente mayor. En este proyecto, voluntarios pasean en triciclo a usuarios con movilidad reducida de residencias de Terrassa, que eligen la ruta - Marc Solé, Terrassa, naciodigital.cat.
Santiago, Luis y Jesús tienen 88, 65 y 90 años. Viven en la residencia San LLàtzer de Terrassa y hace poco volvieron a sentir la adrenalina de ir en bicicleta: "No íbamos desde la adolescencia", reconocen entre risas. Acostumbrados a un ritmo pausado y al andador, la experiencia de pasear en bici les permitió "sentirse libres". A finales de junio, los tres se beneficiaron del proyecto 'En Bici Sin Edad', en el que voluntarios pasean con un triciclo eléctrico a los usuarios de residencias de la ciudad durante dos horas. El lema del proyecto es claro: "El derecho a sentir el viento en la cara". "Nos dejaban parar y disfrutar del entorno, a nuestro gusto", asegura Jaume. "A la gente mayor no nos gusta ir deprisa, nos gusta saborearlo", añade Jesús, quien concluye: "Yo lo vivía, notar las sacudidas me hacía sentir muy vivo".
Jesús Mateo tiene muy buen recuerdo de su paseo: "Iría a diario, me gustó ver las vistas a un ritmo muy agradable". Él eligió pasear por el parque de Vallparadís. Le encantaría "poder hacerlo más a menudo", y tiene muy buen recuerdo de la persona que lo llevó: "Tenía mucha conversación, era muy agradable y paraba cuando le pedía". Él sufre de la ciática y se le hinchan las piernas, y los días "buenos" camina hasta la estación de Ferrocarriles, situada al otro lado de la avenida de Jacquard, a escasos 200 metros. Del paseo en bici, dice, "me hizo sentir muy bien".
Jaime quiso ir a Can Anglada a buscar una especie de flores que finalmente no encontró. "A mí me duelen las piernas, pero quizás sí me atrevería a ir en bici". Sus compañeros ríen y hacen que no con la cabeza. Él añade: "Acostumbrado a salir con el andador, eso de ir en bici me encantó, pero una vez me parece poco".
Luis sufrió una embolia hace 16 años. Le dejó en una silla de ruedas y tuvo que volver a aprender a hablar. Ahora sale delante de la residencia, "cuando le dejan", y se sienta a escuchar la radio. El paseo en bici lo cataloga como una "explosión de estímulos", y reconoce que espera "con ansias" la próxima vez. Él también pidió pasear por el parque de Vallparadís en dirección sur, hasta Can Jofresa, y luego bordear el Castillo Cartuja. Si hubiera una segunda vez, le gustaría pasear por el parque de Sant Jordi: "Es maravilloso sentir el aire en la cara".
Mercè Ramoneda es responsable de la residencia San Llátzer, donde viven los tres testigos de este reportaje. Desde el centro, asegura "se valora muy bien la iniciativa, y más viniendo de un confinamiento que ha restringido mucho las salidas". Los últimos meses "se han animado entre trabajadores y residentes", pero, añade, durante el último año y medio "el contacto con el exterior se ha echado de menos".
Por ello, tras el primer contacto con En Bici Sin Edad, hicieron una lista con los usuarios que dar luz verde. A estas alturas, ya se han paseado media docena de residentes del centro, y se espera que puedan hacerlo una veintena. Teniendo en cuenta que sólo van ligados con un cinturón, desde las residencias se valora el estado físico y cognitivo de los usuarios.
Marta Llado es coordinadora de Bici Sin Edad en Terrassa. Considera que tras la pandemia, la iniciativa "aún toma más sentido" y cree que ha tenido un éxito "increíble". A modo de ejemplo, recuerda casos de "ataques de euforia, personas que no pueden parar de reír y radiantes de felicidad". Algunos, incluso, se extrañan de no tener que pedalear: "Se entregan en cuerpo y alma".
Por ahora, los usuarios se encuentran en dos extremos: "Hay quien quiere ir a la naturaleza y hay quien quiere gente, tiendas, comercios, ambiente", declara Lladó. El recorrido se decide justo antes de salir, con el usuario ya sentado en el triciclo. Muchos de ellos, también, quieren ir a casa: "Supone un choque emocional, pero si lo piden, les llevamos".
Aunque el proyecto llegó en 2017 en la ciudad de la mano de una prueba piloto con usuarios de la Fundación Prodis, no se instauró hasta este mayo para falta de apoyo institucional. Entonces se contactó con todas las residencias para personas mayores egarenses y se hizo una reunión con los geriátricos interesados. A finales de mayo se hicieron los primeros paseos tras la luz verde de seis de ellas, como la del Vapor Gran o la Mossèn Homs. La iniciativa cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Terrassa, que la dota de recursos económicos.
En Terrassa hay un solo triciclo, eléctrico, con el que se hace un paseo al día, de lunes a viernes. En el ámbito catalán, En Bici Sin Edad ya funciona en Barcelona, Sant Just Desvern, Granollers y Cardedeu, con una decena de voluntarios activos. "Se necesitan más", añade Lladó. El objetivo final, concluye, es "que los usuarios sientan el aire en la cara en un contexto de relajación".
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