La Leyenda del Lagarto de la Malena (o Lagarto de la Magdalena, o simplemente Lagarto de Jaén) es la más famosa de la capital jiennense. La influencia de esta leyenda es tal, que el lagarto ha llegado a convertirse en uno de los símbolos de la ciudad, estando presente en su arquitectura (en el barrio de la Magdalena hay una estatua del lagarto en la fuente junto a la que se supone que habitaba), en sus cabalgatas, en sus conciertos (el famoso festival Lagarto Rock), en sus dichos populares y hay quien dice que hasta en la forma de la ciudad, semejante a la de un lagarto, debido a la forma enroscada en torno al cerro de Santa Catalina. Lo cierto es que la tradición de que la ciudad tiene forma de Dragón (en realidad el "Lagarto de Jaén" es, según las crónicas antiguas y la propia leyenda, una gran Sierpe o Dragón), cuenta con una antigüedad considerable pues, incluso, en el escudo de la Catedral de Jaén se duda si la figura del Dragón simboliza el mal o la propia ciudad de Jaén, simbolizada por un monte circundado de murallas y sobre el mismo una Virgen con el Niño Jesús en sus brazos.
Ya en el siglo XVI se escribió, y así figura en escrito anónimo custodiado en la Biblioteca Nacional, que Jaén tenía las funciones vitales distribuidas al igual que el cuerpo de un dragón.
Sin duda alguna, la leyenda del Lagarto de la Magdalena es conocidA incluso a nivel de España, como el lagarto de Jaén, y popularmente llamado «El lagarto de la Magdalena»), un animal que atemorizaba a los pastores a finales del siglo XV comiéndose sus ovejas.
En el barrio de la magdalena había un temible lagarto que atacaba a todas las personas que pasaban por allí a por agua, pues Jaén es muy rica en agua. Los ciudadanos ya estaban hartos y pidieron al rey que enviase a alguien a combatir contra el lagarto. Un preso que estaba condenado se ofreció a cambio de que le liberasen. Pidió la piel de una oveja, pólvora, panes y un caballo. Fue hacía el raudal y empezó a tirarle los panes al enorme lagarto. llegó a una calle sin salida y le tiro la oveja con la pólvora dentro. El lagarto se la tragó. Al cabo de unos minutos explotó y el preso retomó su libertad.
Hay que tener en cuenta que en las crónicas antiguas no se habla de un lagarto sino de una gran sierpe, es decir, una enorme serpiente, o sea, típica denominación en los textos antiguos para este tipo de monstruos que no dejan de ser los legendarios dragones, lo que aparece en el escudo de la catedral de Jaén y lo que tradicionalmente se ha dicho asemeja la figura de la propia ciudad recostada alrededor del cerro de Santa Catalina.
Parte de la fama de la leyenda fuera de la provincia de Jaén —principalmente en Granada, Ciudad Real, Albacete y Almería— le viene por el uso de la expresión "Así revientes como el lagarto de Jaén", utilizada para maldecir. En la ciudad de Jaén es más común el uso de "reventar como el lagarto de la Malena", pues el barrio y la leyenda son conocidos y es tanto una maldición como un dicho tradicional cuando alguien come en exceso, a modo de una advertencia. - Fuente: Wikipedia
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