"La aproximación científica al cambio climático, sin embargo, sólo sirve para hacer titulares escandalosos que al día siguiente serán eclipsados ​​por otros titulares no menos escandalosos (crisis del Barça, polémica del aeropuerto, enésimo regate judicial de Puigdemont). Todo el mundo habla del clima (yo mismo), pero, aparte del sentimiento de culpa que se ampara de las personas más conscientes, cada país vive pendiente de las necesidades a corto plazo. El futuro que la ciencia prevé no provoca cambios colectivos.
El colapso climático nos pillará por sorpresa como ha ocurrido en tantas otras crisis. La burbuja inmobiliaria. O la pandemia. La comunidad científica había anunciado un fenómeno vírico similar a la Covid. Llegó y no teníamos nada preparado. En enero pasado, un estudio del Instituto de Geociencias de Madrid anunciaba una erupción en la isla de La Palma; y la preveía exactamente en Cumbre Vieja. No hizo caso nadie. "Un informe pesimista!", Debía decir un gobernante, si la leyó. "¡Catastrofista!", Debía murmurar otro. Si hubieran hecho caso de la ciencia, las autoridades canarias y los que han tenido media hora para salvar algo de casa podían haber preparado con meses de anticipación un plan de auxilio y traslado de bienes y personas. El resultado ya lo hemos visto en directo en la televisión día a día. Perdón, sábado y domingo información la justa, la del telenoticias, hoy volverán a dedicarle 18 horas diarias.
¡Escuchar las voces informadas? ¡Hacer caso de los expertos? ¡Prever las desgracias? ¡De ninguna manera! Los humanos no queremos prever el futuro. Preferimos que dramas y tragedias nos lleguen por sorpresa. "La naturaleza es grande y la razón pequeña", escribe Leopardi en su Zibaldone. Nos gusta huir a todo trapo de los ríos de lava. Hasta que la lava nos devore a todos con dientes de fuego."

Este es un extracto de un artículo de Antoni Puigverd en la vanguardia, es mucho más largo y se puede leer entero aquí, pero me he quedado en la parte que entiendo es más relevante. Decía el otro día un palmero que creería en dios si no se derrumbaba el campanario de Todoque. Puede continuar siendo ateo, el campanario como símbolo ayer cayó, lástima que los que nos tenían que informar en directo de su caída estaban cómodamente de fin de semana.