Estaba sentado en un banco con la fotógrafa oficial del Ateneo a mi lado, mientras esperábamos a que empezara el acto de los escritores recónditos en la quinta planta del Ateneo barcelonés. Me fascinó el retrato que había colgado justo a nuestro lado:
¿Quién es?, pregunté
La foto es fascinante, sobre todo la mirada, dice tantas cosas una mirada, pero esta....
- La mires de donde tiene la mires ella siempre te está mirando.... Y con el cigarrillo en la mano, impensable hoy en día, comentó.
Patrick Modiano
Le dije que no me gustaba nada retratar a las personas, y ella me contó que precisamente le gustaba mucho retratarlas, que en la India la gente deseaba que los retratara, se lo pedia, en el primer viaje que hizo, cuando aún no había las máquinas actuales y debían revelarse las fotografías.
Hacía días que quería hablar de miradas, me había sorprendido la mirada del premio Nobel de literatura Patrick Modiano, una mirada limpia, de niño curioso, con los ojos abiertos y la franqueza reflejada en sus pupilas, interrogando e interrogandose, y el contraste con la de Hannah Arendt, de quien había publicado un escrito en que se notaba una profunda tristeza, agotamiento, cansancio espiritual más que físico, incluso un punto de sardónico.
Hannah Arendt
Las miradas pueden decirnos mucho de una persona, las miradas no saben mentir, reflejan el estado de ánimo de uno, por más que intente aparentar otro, pero yo sigo fascinado por la de Anna Murià, que me mira desde cualquier lugar donde yo la mire a ella.
La de Arendt es la de una persona que está de vuelta de todo.
ResponderEliminarSaludos.
“Nunca en mi vida he 'amado' a ningún pueblo ni colectivo, ni al pueblo alemán, ni al francés, ni al norteamericano, ni a la clase obrera, ni a nada semejante. En efecto, sólo 'amo' a mis amigos y el único género de amor que conozco y en el que creo es el amor a las personas”
ResponderEliminarEsta frase creo que define la mirada de Arendt.