CARMEN NO MOLA

El Premio Planeta a Carmen Mola pone de manifiesto una nueva modalidad de literatura comercial, la que borra la autoría en favor de la obra. “Nosotros derribamos el mito sacralizado del autor de novelas”, confesó el trío. ¡Muerte al estilo y a la biografía!. El trío Mola traía un plan, pero ha sido acusado por su oportunista transexualidad literaria. Aunque la piel fina de la igualdad –los libros feministas han enriquecido a las editoriales, pero los premios millonarios se los quedan hombres, lo cual es totalmente cierto. También existen grupos musicales de hombres que se llaman Love of Lesbian, y a todo el mundo le parece estupendo. No es menos cierto que el trío Mola apenas precisaba lunares en su nombre para gozar de tirón, pues los señores venden muy bien en las librerías. Los propios creadores de Carmen Mola han contado que todo surgió de la manera más banal, uno dijo "Carmen" y otro "Mola". Fuera complicaciones. ¿Y quién puede reprocharles que quieran forjar una nueva Carmen de España? En cambio es sorprendente que, en su caso, lo de menos es quién escribe qué. Basta con armar un guion.

Pero en el país de los ofendiditos hay quien no le ha gustado esta usurpación y no les ha molado nada Carmen. Este es el caso de la librería madrileña Mujeres y Compañía que ha retirado todos sus ejemplares escritos por Carmen Mola, tras conocerse en la entrega del Premio Planeta que en realidad el seudónimo escondía a tres hombres como los autores de los libros. Previamente, Mujeres y Compañía ha publicado un vídeo en el que muestra el proceso de retirada de los ejemplares y cómo los almacenan en una caja que irá dirigida a Penguin Random House, el sello (Alfaguara) que hasta ahora publicaba las obras de Carmen Mola. «Nuestra aportación al hashtag Carmen Mola, pero Mola más que los señores no lo ocupen todo», han señalado desde la librería en redes sociales. 

Francamente, este es el tipo de feminismo que hace daño al movimiento, y sobre todo crea un peligroso precedente en la retirada de libros de librerías a las que no les guste un autor determinado, lo cual ya ha sucedido. Se trata de una censura que aparte de crear un efecto Streisand en la novela, seguro que será la más leída de los últimos Premios Planeta. Una censura que es el paso previo a la quema de libros de infausto recuerdo y origen. Esto no va de feminismo, va de estupidez.