Sebastián Poch, sin quererlo alcanzó la categoría de héroe urbano, aunque a un precio bastante alto, tuvo sus cinco minutos de gloria e incluso salió en el telenoticies de TV3. Teniendo en cuenta que Sebastián era lo que se puede decir un vago consumado, algo bueno debía hacer para conseguir este eco, o quizás no, vosotros lo juzgaréis.
Sebastián no había trabajado nunca en sus cincuenta años de vida, y conste que alguna vez incluso lo había intentado, pero los trabajos que encontraba no le satisfacían y se frustraba, además como sus padres tenían dinero de unos terrenos que el Florenci (su padre ya fallecido) había vendido a 'Núñez y Navarro', no tenía necesidad de trabajar.
Su madre Enriqueta, era una vieja sucia y malcarada que iba en silla de ruedas y le puteaba tanto como podía, según ella, Florenci su marido había muerto por culpa de su hijo una vez que fueron a cazar jabalíes a Berga , ya que a este se le disparó accidentalmente la escopeta. La justicia lo consideró un accidente pero ella no se podía sacar de la cabeza que el vago de su hijo había matado a su marido.
Sebastián, se había liado con una rumana pequeña y movediza que había conocido un día por el Raval, pero su madre no la quería ver ni en pintura por su casa.
- Que no ves que es un putón - le espetaba -, que va por ti sólo por el dinero, y tú no tienes ni cinco, los cuartos son míos, ¡burro, más que burro!.
- Que no ves que es un putón - le espetaba -, que va por ti sólo por el dinero, y tú no tienes ni cinco, los cuartos son míos, ¡burro, más que burro!.
Malos pensamientos se instalaron en el cerebro de Sebastián; entre la rumana que empezaba a apresurarle y su madre, no había duda a la hora de elegir, la vieja sobraba, era el obstáculo que le impedía vivir feliz con su amor. Pronto trazó un plan, tenía que parecer un accidente, que nadie sospechara que él tenía nada que ver, pero que su madre no saliera viva.
Un lunes, a pesar de ser un día especialmente espeso, mientras se echaba la siesta encontró la solución, la manera de cargarse impunemente a su madre...
...Avenida Diagonal, lateral derecho dirección Plaza Francesc Macià, tráfico intenso, una del mediodía, Sebastián lleva a su madre en la silla de ruedas, semáforo de peatones en rojo, y un montón de coches que se acercan a toda pastilla, no hay nadie más esperando para cruzar...
¡Ahora o nunca! se dice Sebastián, que decidido empuja muy fuerte la silla de ruedas hacia el centro de la calzada....
....pero Sebastián ha cometido un error, el 'no me olvides' que le regaló la rumana se engancha con el mango izquierdo de la silla y su brazo y de rebote él y el no me olvides salen detrás de la silla y su madre, y el camión de la Damm que consigue esquivar la silla y a su madre, desgraciadamente le atropella a él.
Al día siguiente todos los medios hablan de Sebastián como el héroe que había arriesgado su vida para salvar a su madre que imprudentemente había intentado atravesar el lateral de la Diagonal, saltándose el semáforo de los peatones en rojo como es preceptivo en un jubilado o jubilada que se precie...
Al día siguiente todos los medios hablan de Sebastián como el héroe que había arriesgado su vida para salvar a su madre que imprudentemente había intentado atravesar el lateral de la Diagonal, saltándose el semáforo de los peatones en rojo como es preceptivo en un jubilado o jubilada que se precie...
Seis meses más tarde:
Sebastián, el héroe urbano, quedó confinado a una silla de ruedas como su madre a raíz del accidente en que se la quería cargar; la rumana, le dijo 'sayonara baby' al ver el panorama, y el vago, el falso héroe urbano, se quedó sin rumana, y con su madre haciendo competiciones a ver quién corría más con la silla de ruedas, que a la madre también le faltaba un hervor. Ah! y sin no me olvides.
Moraleja: si te quieres cargar a tu madre, no lleves no me olvides. Es un error que no olvidarás en la vida.
No, no creo que lo olvide.
ResponderEliminarUn saludo y feliz domingo.