Me aparté de la filosofía, se lamentaba Cioran en el momento en que se hizo imposible descubrir en Kant ninguna debilidad humana, ningún acento de verdadera tristeza; ni en Kant ni en ninguno de los demás filósofos. Frente a la música, la mística y la poesía, la actividad filosófica proviene de una savia disminuida y de una profundidad sospechosa, que no guardan prestigios más que para los tímidos y los tibios. Por otra parte, la filosofía -inquietud impersonal, refugio junto a ideas anémicas- es el recurso de los que esquivan la exuberancia corruptora de la vida. Poco más o menos todos los filósofos han acabado bien: es el argumento supremo contra la filosofía. El fin del mismo Sócrates no tiene nada de trágico: es un malentendido, el fin de un pedagogo, y si Nietzsche se hundió fue como poeta y visionario; expió sus éxtasis y no sus razonamientos.
No andaba desencaminado, véase sinó que decía Byung-Chul Han no hace mucho tiempo: Cada época ha tenido sus enfermedades. Según el filósofo, en el pasado se debían a las bacterias o virus, pero en el siglo XXI, las enfermedades son neuronales: depresión, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastorno límite de la personalidad o el síndrome de desgaste ocupacional. El motivo de estas enfermedades se debe al exceso de positividad, es decir, la libertad de poder hacer lo que uno quiera. La desaparición de lo viral implica la desaparición de la otredad; lo que ataca al hombre no viene del exterior, sino de su interior.
A lo largo la sociedad del cansancio, Byung-Chul Han va desarrollando de manera sencilla la idea de la violencia de la positividad, que se traduce en violencia neuronal, una violencia saturativa y exhaustiva, y como consecuencia de ella, en la modernidad tardía, el hombre padece un sobrecalentamiento del yo. Supongo que Byung-Chul Han, si pudiera, borraria de las hemerotecas una parte de su discurso sobre la desaparición de lo viral. Ahí tenemos la prueba de que la pandemia ha cogido a todos con el paso cambiado, filósofos incluidos.
Unos se apartaron de la filosofía por propia voluntad, otros fueron apartados de ella cuando la arrinconaron en los planes de estudio.
ResponderEliminarSaludos.
Los del Gobierno se olvidaron de ella en la nueva reforma educativa del 2018.
EliminarSaludos.