DOBLE RASERO




 

El director de la oenegé Open Arms, Oscar Camps, se pregunta por qué en numerosas ocasiones los inmigrantes rescatados en el Mediterráneo procedentes de Siria, Afganistán o África, permanecen en barcos esperando un atraque durante semanas después de jugarse la vida frente a las facilidades que está viendo en el caso de los ucranianos. "La igualdad que pregona el derecho internacional no es tal", argumenta Camps. En el caso de Ucrania, -añade-, "ha habido una campaña interesante y potente para transmitir una posición común, ampliada por los medios de comunicación".

Todos son víctimas de los mismos horrores universales que provoca una guerra pero no todos están siendo acogidos de la misma manera bajo el paraguas de Europa. ¿Por qué un refugiado de Ucrania sí merece todas las facilidades habidas y por haber para gozar de la protección inmediata de la Unión Europea (UE) y no así un refugiado sirio o afgano -entre otras muchas nacionalidades afectadas por conflictos bélicos-, condenado a permanecer en campos de refugiados en condiciones infrahumanas mientras tramitan la petición de asilo?. 

La guerra de Ucrania, con sus tres millones de refugiados en menos de un mes, el éxodo más rápido desde la segunda guerra mundial, ha puesto sobre la mesa una constatación que debaten especialistas en derechos humanos y legislación internacional así como miembros de las organizaciones no gubernamentales que asisten a las personas que han huido de su país a consecuencia de la guerra. "Doble rasero", "refugiados de primera y de segunda", "discriminación", "componente racista" son algunas de las contundentes conclusiones que plantean las fuentes consultadas.

Para entender la diferencia de trato a los refugiados ucranianos con respecto a refugiados de otras nacionalidades en crisis anteriores-diferencia en la que están de acuerdo los expertos- hay que partir de que UE ha aplicado, por primera vez en los 20 años de su existencia, la Directiva de Protección Temporal. Y sobre todo `porqué nunca antes la UE había tenido la percepción de estar frente a 'nuestra guerra' y 'nuestros refugiados'; unas personas próximas, europeas, rubios, de clase media".

Desde la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), celebran la reacción de las autoridades europeas. "Es como tendría que ser siempre", argumenta María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España. Sin embargo, la gestión "positiva" de esta crisis ha puesto en seria evidencia a las "pésimas" actuaciones anteriores. La portavoz recuerda especialmente la crisis migratoria del 2015, cuando miles de refugiados de la guerra de Siria quedaron abandonados a su suerte en países limítrofes en campos de refugiados durante años.

Tampoco ayudam ,uchos los medios que se han volcado en esta guerra de manera incluso exigerada, mientras se olvidan de los exiliados del sur. Fíjense que hace un par de mess y al parecer por la información que recibimos, que en el Mediterráneo no hay ni una patera, lo cual no es cierto, pero la impresión és que es así. Hay pues refugiados de diferentes niveles en Europa y no sólo por el color de su piel, sinó por lo de las barbas del vecino ucraniano que nos afecta directamente, y el recuerdo del poema de Martin Niemöller.



 

2 comentarios:

  1. Hay algo de doble rasero, algo de racismo. Quizá también que los europeos se identifican más con los ucranianos que con otros pueblos, culturalmente más alejados. De todo un poco. En todo caso, los niños no tienen la culpa.

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    1. Los niños son siempre las principales víctimas inocentes de estos conflictos. Sean blancos o negros.

      Saludos.

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