NI CONFIRMO NI DESCONFIRMO



Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, elevó ayer el tono de la respuesta del independentismo al caso de espionaje a decenas de sus dirigentes denunciado el lunes por la revista The New Yorker . Si el martes manifestó que congelaba las relaciones de la Generalitat con el Gobierno central, ayer el president amenazó con dejar sin estabilidad parlamentaria al Ejecutivo español, en lo que pareció una clara alusión a retirar el apoyo que los republicanos dan al Gobierno de coalición integrado por PSOE y UP. Todo ello, si el Gabinete de Pedro Sánchez no da explicaciones satisfactorias. Dicho en otras palabras, el Govern de la Generalitat considera este caso lo suficientemente grave como para paralizar el proceso de diálogo con el Gobierno español, e incluso para retirarle el apoyo en el Parlamento, comprometiendo su viabilidad. 

Ya comenté anteayer sobre este tema y como habia reaccionado Margareth Tatcher ante un caso similar, más grave aún puesto que hubo dos muertos. Alberto Saiz dijo ayer en unas declaracions: Ni confirmo ni desconfirmo. No confirmar no es lo mismo que "desconfirmar", que implicaría una confirmación previa, pero es que no podía contestar otra cosa. Los servicios secretos, son secretos, tan secretos que ya veremos si se conseguirá saber quien es el que tiene que pagar el pato por el espionaje del Catalangate.

Vista la actitud de PSoE i Pp, me da la sensación que ni Rajoy ni Sánchez, saben demasiado del asunto, es por ello que ninguno de los dos se encarniza con el otro, cuando en otras circunstancias la gravedad de la situación seria aprovechada por el no culpable. Pero primero habría que ver cuan de graves son los hechos, por que los Servicios Secretos han hecho lo que tenían que hacer, que para eso están, para llevar a cabo el trabajo sucio de los gobiernos, por que si no ya no seria necesario que fueran secretos. Esta obviedad, nos lleva a deducir que seguramente ni Rajoy ni Sánchez estaban al tanto del asunto, que algun alto cargo de los Servicios Secretos o del entorno del Pp fueron quienes activaron esta operación, como ya sucedió con el Finado Fernandez y su espionaje a los del procés. Sucede a veces que hay un exceso de celo en los subalternos del Gobierno que se extralimitan en sus funciones, pero como lo hacen por amor a la patria, se les perdona e incluso asciende o condecora.

Lo cierto es que antes o después, Gobierno y Govern están condenadas a sentarse y hablar. Los errores cometidos en una relación pueden ser atribuibles, en igual o diversa medida, a las dos partes. La buena noticia es que pueden corregirse. Para ello hacen falta esfuerzos de dichas partes. El Gobierno debe dar más explicaciones de las que ha dado hasta la fecha. Y el Govern debe pensárselo dos veces antes de romper puentes que costó mucho tender, o de retirar apoyos que a la postre podrían conducirle a una escena gubernamental y parlamentaria más adversa. Incluso es posible que esta situación inesperada ayudara a un entendimiento que de otra manera quizás no se habría producido. En la línea de pragmatismo que tanto irrita a sus socios mantener el diálogo seria lo más correcto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario