La Z es frecuente en muchos ámbitos. Existe la Z de Costa-Gavras que mereció en 1969 cinco candidaturas a los únicos Oscar que reconocieron Kubrick, La Z es y ha sido siempre una letra con personalidad y muy frecuentada. Existe la Guerra Mundial Z, o la Z del Zorro. En la lengua protosemítica aparece en forma de dos rayas paralelas horizontales, en el fenicio el equivalente era za (una barra vertical y dos horizontales en los extremos) y en arameo esta Zen horas bajas ya aludía a las armas. La fijación de Putin con esa letra elegante pero descarada que ha arrastrado a la fuerza a su alfabeto, puede acabar de destrozarla. La Z ha caído ya del logo de la aseguradora Zurich y se persigue penalmente en Alemania. Por eso aquí, tan lejos, tan cerca, quedamos atentos por si también se nos prohíbe. Cuidado que si Lamban no cambia de opinión y comienza a comportarse como un adulto, en vez de como un niño malcriado con rabietas impropias, no caiga la Z de Zaragoza, y otros niños traviesos como Zipi y Zape pueden ver censurados o mutilados sus comics, y no hablemos de los sigmáticos que pueden ser fácilmente acusados de pro-rusos, y finalmente toda la generación Z puede tener problemas. Incluso Zelenski puede tener problemas, no se pro-ruso, pero se comporta de manera similar o parecida. Estamos ante un claro ejemplo de un daño colateral del conflicto ucraniano. A la zeta se le ha complicado mucho la existencia. La Z tiene un problema y no es el 3% de CiU.
REQUIEM POR LA Z
4.4.22
Clasificado en 📂 ACT 33


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