CIBERLEVIATÁN


El caso Pegasus está sirviendo para enmarcar un asunto de fondo que ya fue avanzado por el ex secretario de Estado de Agenda Digital José María Lassalle en su libro Ciberleviatan: El colapso de la democracia digital frente a la revolución digital (Arpa), la evidencia de que “una dictadura digital se proyecta en el horizonte; un Ciberleviatán venido para instaurar un tecnopoder de grandes corporaciones”. El derecho democrático nunca avanza a la velocidad de la tecnología, pero el despegue de las aplicaciones digitales ha hecho que esta distancia entre lo que se puede hacer y lo que debe hacerse sea hoy cósmica.

"Nos acosa un Ciberleviatán, una nueva e incuestionable expresión de poder, un fenómeno potencialmente totalitario que podría significar el colapso de la civilización liberal y democrática. Incapaz de gestionar la complejidad del saber en el siglo XXI, la institucionalidad liberal ha sido atropellada por una poderosa alianza entre los datos y los algoritmos, nuevos soberanos del planeta inmunes a la regulación legal y democrática.

La realidad virtual toma fuerza; los cuerpos y la sensibilidad se retiran. También en política. La idea ilustrada que sustentaba la democracia —un ciudadano mayor capaz de tomar decisiones por sí mismo— es sustituida por un nuevo paradigma de libertad asistida. Una dictadura digital se proyecta en el horizonte; un Ciberleviatan venido para instaurar un tecnopoder de grandes corporaciones. Estados Unidos y China ya entregan una tercera guerra mundial en torno a la inteligencia artificial, la robótica y el resto de tecnologías exponenciales.

La única alternativa al Ciberleviatán es una revuelta liberal que promulgue un pacto entre la técnica y el hombre. Un acuerdo que subordine la tecnología a un nuevo humanismo basado en derechos digitales y propiedad sobre los datos y una república digital global capaz de controlar la voluntad de poder de la técnica. Y sólo Europa –en complicidad con otros actores capaces de pensar la tecnología desde la humanidad– podrá liderar ese cambio”. - José Maria Lassalle.

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