ESCLAVOS DIGITALES


“El móvil ya nos ha dividido en amos y esclavos digitales”

La digitalización es para nosotros lo que fue la agricultura para nuestros ancestros: una opción que parecía hacernos más felices, pero acabó haciéndonos más esclavos. Los fósiles humanos demuestran que cuando éramos cazadores nómadas vivíamos más y mejor. Pero llegó el día en que la selva no bastaba para mantenernos a todos: o la cultivábamos o fenecíamos. 
La era digital la inició el ejército de EE.UU. al crear internet para la guerra, y en la paz parecía que nos haría vivir mejor a ­todos, hasta que hoy nadie puede vivir sin él. La digi­talización, como la agricultura, nos ha dividido en esclavos y amos; antaño, de la tierra; hoy, de los datos. Y los esclavos sudamos el surco digital a todas horas en múltiples pantallas para que los amos de la nube sean cada vez menos y más poderosos. 
Los FAAAN (acrónimo de Facebook, Amazon, Apple, Alphabet, antes Google y Netflix) son el primer poder empresarial del mundo gracias al comercio de datos; pero su primer y último cliente son los estados. En cuanto a China, esas multinacionales son el Estado desde que nacen.
La digitalización ha contribuido a crear un nuevo grupo social de ermitaños digitales, los Hikikomori, este es un término japonés para referirse al fenómeno social que consiste en personas apartadas que han escogido abandonar la vida social; a menudo buscando grados extremos de aislamiento y confinamiento, debido a varios factores personales y sociales en sus vidas.​ En Japón, suele afectar más a hombres que a mujeres. El término se refiere al fenómeno sociológico, así como a las personas que pertenecen a este grupo social. En la terminología occidental, este grupo puede incluir a individuos que sufren de fobia social o problemas de ansiedad social. Esto también puede ser originado por agorafobia, trastorno de personalidad por evitación o timidez extrema. Estimaciones sugieren que existen más de quinientos mil hikikomori en Japón. 

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