En verano de 1985 Salvador Dalí, instalado en la Torre Galatea de Figueres desde hacía unos meses, tenía todavía la cabeza muy clara y cuando estaba de humor daba instrucciones sobre su Teatro-Museo, se hacía leer artículos de ciencia , dictaba textos breves. .Pero ya no pintaba. El corazón le latía con poca fuerza, comía gracias a una sonda que le molestaba mucho al hablar y no acababa de reponerse de una depresión vinculada al hecho de verse envejecido ya la desaparición de Gala. De vez en cuando aceptaba ver a algún periodista y el día que una unidad móvil de la emisora ​​Catalunya Ràdio, que hacía un programa de verano itinerante, se presentó en Figueres, les hizo saber a través de su amigo y confidente Antoni Pitxot que los recibiría.

Acudieron el periodista Ramon Rovira, hoy adjunto a la presidencia del Grupo Godó, y el técnico de sonido Víctor Gasió, que tuvieron el privilegio de entrar en la habitación de Dalí a media tarde del 8 de agosto de 1985 y poder grabar, con el magnetófono Nagra, una conversación de cinco minutos. Aquella entrevista, que nadie recuerda siquiera si se emitió entera, acabó siendo una de las últimas grabaciones de la voz del pintor. Dalí aún vivió más de tres años pero poco a poco se fue apagando hasta morir el 23 de enero de 1989 en el hospital de Figueres.

Albert Murillo lleva 25 años digitalizando cintas de casete que localiza en archivos o en mercadillos y lo divulga a través de Catalunya Ràdio Y de su blog Espaciosonante. Durante este tiempo ha hecho verdaderos hallazgos. Entre las últimas aportaciones: una entrevista de Luis del Olmo al empresario Javier de la Rosa de 1995 y otra de Radio Clot en Núria Feliu de 1985. “Tenía desde hacía más de diez años –explica Albert– una bobina, guardada en una caja y en un armario, con la pegatina RAC105, que creía que era de contenido musical. Hace unos meses, la digitalicé y...”

¡Sorpresa! La voz que se oía, en catalán, era la de Dalí. Se trataba de una entrevista y quien preguntaba era su antiguo compañero Ramon Rovira. Hizo la transcripción, con dificultades, porque la voz de Dalí tiene altibajos y se ve dificultado por la sonda, pero ahora se propone resolver algún fragmento ininteligible a través de una empresa de inteligencia artificial. Para Ramon Rovira fue también una sorpresa agradable porque daba la cinta por perdida.

Dalí comienza hablando de un cuadro sobre Gala y en homenaje al Rey Juan Carlos, que dice que quiere regalar. Pero todo tuvo que quedar a la intención, porque de ese momento no consta ninguna donación. La Monarquía, el Rey, la verticalidad, son algunas de las obsesiones dalinianas que quedan de manifiesto en la entrevista. Aunque se expresa con dificultad y con gran esfuerzo -había estado a punto de morir un año antes en el incendio del castillo de Púbol-, de la conversación emergen algunas de sus preocupaciones, como las lecturas de revistas científicas (“La ciencia me interesa casi más que el arte”) y la pasión por el Teatre-Museu (“el museo será un solo objeto surrealista”).

Explica que ha "encontrado" unos textos de juventud que le permiten "reconstruir la prehistoria de Dalí". En concreto, hace referencia a un “insecto mimético” (?), que habría provocado que un profesor de Toulouse le pusiera su nombre. Y a una pieza de teatro escrita cuando hacía el bachillerato, según le ha recordado un amigo de niñez que bautiza como a Josep de les Ànimes. Hace referencia a Josep Bosch, antiguo compañero de instituto, de la carpintería Bosch de la calle Ample de Figueres.

Esta empresa realizó toda la obra de carpintería del museo. El apodo se lo adjudica porque como carpinteros se habían especializado en altares y mobiliario de capillas y también hacían cajas de muertos. De la pieza teatral, desgraciadamente no sabemos nada, pero al parecer Dalí intentaba reconstruir el guión a partir de recuerdos.

Aquel verano había terminado la decoración de Torre Galatea, con la colocación de 1.500 panes de crustones, pero se deduce que Dalí echaba de menos otros detalles para completar este “monumento gigantesco” que formaba con el Teatro-Museo.

La entrevista: "Todo el museo será un solo objeto surrealista"

S.D.- Diga que (...) el cuadro que regalo esta semana, que es lo mejor que he hecho de Gala, y la amistad que tenía con el Rey, quiero que conste que es un homenaje, que lo dedico a nuestro Rey . Y que en este momento, no puedo tomar vacaciones porque estoy con el museo, dando órdenes de todo lo que hay que hacer.

R.R.- ¿Qué le parece señor Dalí, cómo está quedando el museo? ¿Qué ha podido ver hasta ahora?

S.D.-Progresa muy bien. Progresa a la manera española: ¡verticamente! Es como en la ciudad de New York, no había sitio y tuvieron que nacer los rascacielos. De este modo, en ese momento todo el museo será un solo objeto surrealista.

R.R.- ¿Todavía falta un poco para tenerlo terminado, verdad, señor Dalí?

S.D.-Sí, pero esto [ininteligible]. Sobre todo tengo que concentrarme mucho porque tengo que leer con mucho esfuerzo. Estas revistas científicas... porque la ciencia me interesa casi más que el arte.

R.R.-(...) ¿La próxima iniciativa que Dalí tendrá?

S.D.-Unos textos que estoy encontrando de cuando era pequeño. Reconstruyo la prehistoria de Dalí, desde que encontré un insecto mimético que ahora un profesor de Toulouse probará que es lo más importante que se ha encontrado, llevará mi nombre ...hasta una pieza de teatro que he recordado de cuando era pequeño. .), pero sí, será publicada.

(...)

S.D. –Es algo mucho antes del surrealismo y del dadaísmo. Era una anticipación extraordinaria y yo mismo no comprendo cómo pude hacerlo. Tenía tan pocos años, era del segundo año del bachillerato, mira si hace tiempo (...) Lo he recordado con la ayuda de uno que le llamaban José de las Almas. Oralmente tenía noticia. Lo recordó. Y ahora lo estoy reconstruyendo pero hace falta mucha concentración.

R.R.- (...) le veo en forma.

S.D.- Paso toda la noche pensando. No puedo dormir. Lo que más me cansa es no poder dormir. Y no poder sacarme aún esa sonda (...)

R.R.- (...) ¿Unas palabras de Salvador Dalí a la gente que seguramente en estos momentos lo estarán escuchando?

S.D.-El mensaje es que todos seguimos juntos, dándonos las manos. En adelante, progresando cada día un poco más, hasta llegar a hacer este monumento gigantesco que será la mezcla de esta Torre [Galatea], cuando esté terminada, y de la Fundación del Museo..

R.R.- (...) ¿Ha pensado quizás en volver a Portlligat?

S.D.- De momento estoy obligado a seguir trabajado aquí [ininteligible]. Es mi obligación. No puedo coger vacaciones de momento...quizás hacia el otoño. Llega un momento en Portlligat que el turismo desciende.

R.R.- ¿Le gustaría que el Rey viniera a visitarlo estos días que está de vacaciones en Palma de Mallorca?

S.D.- No estoy presentable.

R.R.- ¡Yo creo que sí!

S.D. ¡No! Ya vino a Portlligat una vez, también muchas veces... La última vez comimos juntos en la Moncloa. Lo quiero mucho. Yo creo que ha sido la salvación de España y la instauración... Ya sabe que yo soy monárquico. ¿Qué sería Francia sin Luis XIV? ¿Qué sería España sin los reyes, sin Velázquez?

R.R.- (...) Gracias en nombre de nuestros oyentes

S.D.- (...) Gracias a ustedes y perdonen que no los reciba más a menudo porque tengo que trabajar. Buenas tardes. ¡Viva el Rey! ¡Viva el Príncipe! ¡Viva Cataluña!.

Salvador Dalí a Torre Galatea En una foto per a La Vanguardia realitzada al desembre de 1985 - Pedro Madueño.

JOSEP PLAYÀ MASET - la vanguardia.