Hasta ahora, Alexa, la asistente virtual de Amazon, habla con voces grabadas por actores. En el estudio leen varios textos, con entonaciones variadas que luego los técnicos pasan por la depuradora: aíslan los fonemas y crean una voz sintética, que es la que usa para contestarnos cuando le pedimos algo.

Ahora, los sabios de la empresa están desarrollando una función que permitirá sintetizar la voz de cualquier persona, viva o muerta. Para hacerlo solo hace falta una pequeña grabación de su voz. Con diez segundos basta. En El Mundo, a la noticia le han puesto un titular chillón: “Alexa podrá hablarte pronto con la voz de un familiar fallecido”. La novedad se ha presentado en Las Vegas, en un encuentro sobre los últimos avances en inteligencia artificial. Dice el experto que firma la crónica: “Alexa podría leer un cuento a los niños con la voz de una abuela muerta”.

“Alexa podrá hablarte pronto con la voz de un familiar fallecido” - De este progreso maravilloso quedamos excluidos los que no disponemos de ninguna grabación de voz de los abuelos para que Alexa me hable como si fuera ellos. Pero sí que será factible a partir de las voces de los abuelos y las abuelas actuales, esos que desde que se han jubilado y han descubierto las nuevas tecnologías no paran de dar la turra con mensajes de voz. Pero ¿es necesario? Oír por casa la voz de la difunta abuela propiciará un ambiente al estilo de Los otros , que no sé si será bueno para la salud mental. Además, en la vida llega un momento en el que las criaturas se hartan de que las abuelas (o los abuelos, o los padres) les lean cuentos. En The New Yorker hay un chiste gráfico de Michael Maslin en el que se ve a una niña pequeña en la cama, con los ojos de par en par. A su lado, su madre le lee el cuento de buenas noches. La niña le dice: “¿Te importaría leer para ti misma? Estoy intentando dormirme”.