La subida ininterrumpida del cociente intelectual desde 1938 hasta finales del siglo XX es lo que se conoce como efecto Flynn. Según los estudios, desde la II Guerra Mundial la inteligencia aumentó alrededor de tres puntos de Coeficiente Intelectual por década. Las causas de este aumento de raciocinio en los países desarrollados podrían estar en el acceso universal a una nutrición más equilibrada y a una educación más completa. Otros estudios mencionan también una mayor complejidad en el ambiente, lo que obligaba a un mayor esfuerzo. Trabajar menos tiempo, pero aumentado la producción es otro factor que se atribuye a esta exitosa tendencia.
Pero la tendencia ha cambiado radicalmente y lo que antes era una curva en claro ascenso año tras año, ha caído en picado. Según un grupo de investigadores noruegos, la inteligencia de los jóvenes, por primera vez en la historia desde que se realizan este tipo de informes, ha comenzado a decaer. Y lo hace a un ritmo vertiginoso, al menos siete puntos por generación.
El descenso llegó en los estudios realizados en los 90 a los nacidos a partir de 1975. Uno de los factores fundamentales para este retroceso, según reflejan los expertos es el cambio de hábito de la lectura en favor de los ordenadores y las pantallas, que exigen una atención pasiva de los contenidos. Además, sugieren que la evolución de los métodos educativos y la manera de enseñar asignaturas tan importantes como las matemáticas o los idiomas han sido culpables en parte también de que cada vez haya menos inteligencia.
Algunos autores reflexionan sobre la cada vez más baja natalidad de las clases sociales más acomodadas y, por tanto, con más medios a su alcance, lo que bajaría la media. Otra explicación, más sencilla y formulada por algunos investigadores, es que el aumento no puede continuar para siempre y es posible que en los países más desarrollados se haya llegado a un estancamiento en el crecimiento. Por otro lado, la versión más optimista, hace alusión a las mediciones de este coeficiente intelectual. El mundo ha cambiado a un ritmo vertiginoso y puede haber quedado obsoleto la manera de medición. Esta tendencia apunta también a que la tecnología ha provocado una mayor especialización, causa de una menor cultura general.
El resumen a este estudio seria: Internet nos hace más tontos y nos acerca cada véz más a la Idiocracia.
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