DE DUCHARSE EN PAREJA



La ministra de medio ambiente de Suiza, Simonetta Sommaruga, ha lanzado esta surrealista propuesta como una de las opciones para tratar de reducir un 15%, el consumo de energía en invierno. La medida ha causado estupor y ha obligado a Sommaruga a puntualizar que la ducha compartida no es apta para todos los públicos y que es una acción más dirigida a las personas jóvenes. Y es que la necesidad de bajar el consumo energético en Europa está haciendo que algunos dirigentes tiren de ingenio y hagan propuestas de ahorro un tanto delirantes. Sommaruga, de 62 años, propuso “bañarse juntos” como solución a la crisis energética y también ha animado a reducir la temperatura de los hogares, apagar luces que no sean necesarias o desenchufar los ordenadores que no se estén usando. Pero ha sido la propuesta de la ducha compartida la que más polémica ha levantado. A Geraldine Savary, la editora de Femina una revista femenina suiza, le ha indignado la propuesta y ha ironizado que también se podrían aplicar otras medidas tales como hacer el amor por la mañana después de apagar la calefacción para poder entrar en calor.

La surrealista propuesta fue recibida con incredulidad, lo que obligó a la ministra a aclarar que la sugerencia era para los jóvenes, porque "después de cierta edad, ducharse juntos no es apto para todos". La prensa ironizó sobre la propuesta y un diario escribió que los suizos "tendrían que hacer el amor cada mañana para calentarse después de haber apagado la calefacción durante la noche, ducharse rápidamente con las parejas y después ir a trabajar del brazo, dejando el auto, la moto, o la bici eléctrica en el garaje".

Y hace unos meses, Ana Botín, presidenta del Banco de Santander, también anunció que había bajado la calefacción de su casa a 17 grados para “ayudar” a Ucrania y animaba al resto de españoles a copiar su gesto. La propuesta causó indignación y muchos mostraron incredulidad a que el hogar de Botín registrara en realidad esa temperatura. Días antes, el alto representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, había animado a los europeos a bajar la calefacción.

Este verano el Gobierno anunció que iba a limitar el aire acondicionado en empresas, comercios y transportes a 27 grados y la calefacción a 19. Dos grados más que la propuesta de Botín. De hecho. si no nos ducháramos aún ahorraríamos mas y de paso la costra de suciedad nos protegeria del frio y gastaríamos menos en calefacción.

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