MODO AVIÓN

 





Bruselas permitirá hablar por el móvil en los vuelos, gracias a una reserva de bandas para la nueva telefonía 5G. No será gratis, así que habrá que pagar por estos servicios, cuyo apagado podrá ordenar el piloto cuando las circunstancias no sean favorables. Aparte de que esa última precisión no invita a la tranquilidad, tener que volar durante horas con un pasajero en el asiento de al lado hablando sin cesar con su director general, su amante o su vecino del ático puede ser una tortura. El AVE Barcelona-Madrid permitió las llamadas por el móvil y ha tenido que acabar asignando vagones del silencio para quienes no quieran saber las grandezas y miserias de los viajeros que no saben vivir sin arreglar el mundo desde su smartphone.

Lo mejor de un vuelo en avión es que puedes sumergirte en un diario o leer un libro. E incluso pensar. El silencio con el murmullo de los motores de fondo es una invitación a la paz interior.  Tiempo me falta para dormirme en cuanto cojo un avión.

Hay una serie de pequeños placeres de la vida,  uno de ellos es leer el periódico a la hora del desayuno, o salir a pasear sin el móvil, dedicándose a distraerse sin más, o como mucho llevarlo para escuchar la radio alejado del ruido de la calle. Afirmaba Cioran que llegar a no apreciar más que el silencio equivale a hacer la expresión esencial de vivir al margen de la vida. O como dice una amiga, si no tienes nada importante que decir, guarda silencio.

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