La rivalidad entre Barcelona y Madrid es extrapolable a muchos ámbitos, pero especialmente en la burbuja del fútbol, es omnipresente. La antipatía que irradia parte de la capital española hacia Leo Messi se visualiza con el deseo ferviente de que fracase en la final de su último Mundial ante la Francia de Kyllian Mbappe. Una antipatía recíproca desde la capital catalana hacia Cristiano Ronaldo. Un triunfo de la albiceleste, liderada por el rosarino, podría marcar la diferencia definitiva para sellar un debate que algunos en Madrid se esfuerzan aún por mantener vivo entre si es mejor Messi o Cristiano. Personalmente hubiera preferido una final Messi Cristiano, y eso si, que ganara Messi, Porqué en la vida hay que ser agradecido y estos dos jugadores nos han ofrecido diez años de un gran fútbol, lo que tiene mucho mérito, más que Pelé o Maradona. Porque el mérito reside no sólo en la calidad sinó en el tiempo den que han estado ambos jugando a un gran nivel. Por eso ambos se merecerian ganar el Mundial, aunque sólo puede quedar uno y este és Lionel Messi. Josep Martí en la Vanguardia escribe su artículo sobre la final de mañana, narrando las vivencias que tuvo con su padre ya fallecido sobre Lionel Messi.
"Un latigazo de verdad. Un centellazo de conciencia. Supe que mi padre caminaba ya decidido al abrazo de su muerte sentado a su lado frente al televisor mientras se anunciaba el adiós de Messi del Barça. Ni un solo improperio. Indolencia extrema. El mundo exterior había dejado de contar. Messi había sido durante mucho tiempo nuestro pasatiempo preferido cuando estábamos juntos. Conversaciones banales entre padre e hijo. La banalidad es el tejido más sólido de las relaciones cuando todo lo demás ya se sabe y se puede dar por cierto.
Mientras tecleo, si alzo la vista del portátil, veo a mi padre. Estamos los dos sonrientes, sentados frente a unos barriles de whisky en una destilería de las tierras altas de Escocia, cuando la enfermedad todavía no había desplegado toda su maldad. Un buen sitio para el compadreo entre generaciones. También ese día hablamos de Messi. No es que lo recuerde, es un simple cálculo de posibilidades. Charlo a diario con esa foto. Le explico ideas sobre futuros artículos, las cuitas con mis hijos o con amigos que se empeñan en dejar de serlo. Y claro, también le cuento las cosas de Messi.
Charlo a diario con la foto de mi padre. Y, claro, también le cuento las cosas de Mess. Hemos visto el Mundial juntos. Y mi monólogo ha ido en aumento a medida que pasaban los días. Fantaseo incluso con discusiones. Después de la derrota frente a Arabia Saudí, mi padre, más cenizo que yo, hubiese dado por perdido el Mundial para Messi. Yo creí, en cambio, que esa derrota era el prólogo amargo de una brillante epopeya que acabaría con Messi levantando la Copa del Mundo. Así lo escribí para que quedara constancia de nuestra discrepancia. También he oído su voz del pasado pontificando sobre por qué Messi no debería tirar los penaltis de la albiceleste . Cada vez que ha chutado uno en Qatar he sonreído a la fotografía. ¿Lo ves? ¡Te equivocabas! Los hijos siempre tienen espinitas clavadas y razones que ganar a los padres.
Messi solo camina, murmuraba también en los últimos tiempos el viejo, por soltar algo en argentino. Sí, padre, pero es que no hace falta mucho más para dibujar un pase imposible en cuartos, le cuento a la foto. Y añado, además, cuando hay que correr, corre. Y si no, que se lo pregunten a Gvardiol, el central croata que después de la semifinal ha pedido hora para que le implanten una prótesis de cadera.
Mañana habrá barbacoa en casa. Iba a escribir asado, pero ahora está muy mal visto apropiarse indebidamente de la cultura de los demás. Fútbol, costillar y buena compañía.. Argentina nos importa entre poco y nada, pero yo ando empeñado en celebrar con mi padre el punto final de nuestras absurdas discusiones. ¿Lo ves? Ni Pelé, ni Cruyff, tampoco Maradona y menos aún Ronaldo. Ahora ya nadie puede discutirle que ha sido el mejor de la historia. Ya tiene el puto Mundial. Ojalá, padre. Ve pidiendo un whisky doble. Brindaremos en Escocia. También si pierde".
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