El anarquista Francesc Sabaté Llopart (1915-1960) era conocido por sus amigos y compañeros por el hipocorístico Quico, que la policía convertía en alias, con la complicidad gramatical del determinante lo, que casi le parece más a un chorizo que no paso a un guerrillero. Guerrillero, la palabra que quizás lo describe mejor, la simbiosis entre las ideas y la acción.
La principal preocupación de la policía eran los comunistas. Pero cuando la preocupación se personalizaba, se encarnaba en Quico Sabaté. Con un añadido emocional: le tenían ganas, porque había intentado matar al primer jefe de la Brigada Social, Eduardo Quintela, que se había especializado en la represión del anarquismo. Con el escarnio de instalarse en la casa de Frederica Montseny, en el Guinardó, después de que la ministra de la República se marchara al exilio.
Por fuentes contrastadas puede inferirse que diez años después Sabaté planificó el secuestro de los comisarios Vicente y Antonio Juan Creix, sucesores de Quintela. Los tomarían durante la comida de Navidad, aprovechando que la familia estaría reunida y la distensión habitual de treguas no declaradas pero tácitamente convenidas. La guerrilla bien armada, con subfusiles Sten y Thompson, se plantaría en el comedor y se llevaría a los policías. Después, habían parado un escondite en la granja de la abadía de Sant Miquel de Cuixà, en complicidad con el masovero. El precio de la vida de los agentes sería la liberación de los presos de la Modelo.
Quico Sabaté, fue abatido a tiros en la calle Santa Tecla de San Celoni (Vallès Oriental), el día 05 de enero de 1.960.
Ese día, Sabaté, llegó en tren y tres heridas de bala en el cuerpo a Sant Celoni. Era el último tramo de un largo viaje desde Fornells de la Selva (Gironès), después de haberse escapado de un intenso tiroteo con un centenar de guardias civiles en el Mas Clarà de Palol de Revardit (Pla de l' Estany), donde murieron sus cuatro compañeros: Anton Miracle, Francesc Conesa, Roger Madrigal y Martín Ruiz.
Tras múltiples desatinos y maniobras, baja a Sant Celoni y va a la barbería, otro escenario imprescindible. Busca refugio en casa de un antiguo militante de la CNT, que no le acoge. Se acerca un somatén armado llamado por el revuelo. Sabaté le espeta un disparo que le hiere en la pierna y el policía cae a tierra, pero reacciona y vacía al proscrito el cargador de su fusil automático. Cuando le llega ayuda, le rematan destrozándole la cara. Francesc Sabaté Llopart, alias Quico, muere a los 45 años. Era el 5 de enero de 1960, víspera de Reyes, once días después del secuestro de los Creix que nunca existió. Nunca se sabrá si fue el motivo de aquel último viaje iniciático.
El día 05 de febrero de 2.010, el somatén Abel Rocha, que siempre ha presumido de haberlo matado y que durante décadas tuvo una gestoría en Sant Celoni, fue entrevistado por la periodista Silvia Cóppulo. Entre otras cosas, manifestó: “Yo maté al anarquista Quico Sabaté. - con información del Ara y Vilaweb.
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