La tendencia que el miércoles logró abrirse camino en Twitter pese al Tamamezazo y sus ramificaciones, fue nada menos que #chochovolador. En pleno postfeminismo. No sé si reírme con los comentarios en las redes o llorar porque es evidente que la cosa no tiene remedio. Dice mucho de un país que un ya exmiembro de la familia real se autodefiniera como el 'duque empalmado', que se adjudique el mote de 'Pechotes' a la mejor amiga de sus amigos, que el barco del Emérito se llamo 'Bribón', el Tito Berni en el caso Mediador, y ahora el apodo #chochovolador, de Adelaida P., la supuesta amante del general Espinosa, detenido por el caso Mediador, por cierto, el único apodo que se parece un poco a la normalidad. 
Dicen que a Adelaida no le ha hecho ninguna gracia saber que le llamaban así. Lo entiendo, y es que ese país no tiene remedio en el lenguaje. Una tuitera se pregunta qué habrá hecho esta señora para ganarse el apelativo, otra le contesta, inocente, que quizá sea azafata de vuelo. Una tercera interviene: "Ya lo entenderás cuando crezcas". Ganan las comparaciones cinematográficas: que si parece salida de Torrente, que si ni Ozores podría mejorarlo, y que Almodóvar ya está tomando notas para incluirlo en su próxima película. 
Lástima que Berlanga no esté entre nosotros, pues entre el Tamamazo y el Caso Mediador, tenía tema por un par de películas. Y en medio de estas astracanadas Berlanguianas estamos, cuando para redondear el esperpento aparece Julián Hernández, fundador de Siniestro Total, para aclarar que no hay nada nuevo en este tema, porque un lejano 1982 ellos publicaron una canción titulada 'Los chochos voladores', la letra de la cual reza así: "Me levanté por la mañana y los vi por la ventana / Son peludos y muy grandes y quieren amenazadores". Bien pensado y viendo lo que hemos visto, ya nos cuadra la letra de Siniestro Total. Por cierto, ¿podrían grabar ahora esta canción con este título y letra?