El informe pide una transición hacia sistemas alternativos (suelo, espacios abiertos…). Y, en este sentido, se pone como ejemplo a Alemania, donde el sistema de jaulas para gallinas quedará prohibido en 2025, mientras que se ha erradicado en “Cortes de picos, canibalismo, falta de espacio y altos niveles de estrés: los huevos que se producen en España provienen en su mayoría de gallinas que han pasado su vida en pequeñas jaulas y que sufren estos y otros graves problemas de bienestar”, señala Virginia Iniesta, veterinaria de Faada. “Solicitamos que se pongan los medios necesarios y se fomente una transición que saque a las gallinas del infierno de las jaulas”, añade.
El informe resalta la falta de espacio de estos animales para desarrollar sus comportamientos naturales, así como los efectos causados por ausencia de ejercicio y problemas en las garras por la falta de movimiento. Otras consecuencias son el canibalismo (picaje) entre las gallinas, desencadenado por el estrés uy el “corte de picos que se hace de forma sistemática” (en la edad temprana, precisamente para que los animales no se picoteen) así como los efectos mortales que les ocasiona la exigencia de puesta de huevos extragrandes.
La iniciativa ciudadana europea End the Cage Age (Poner fin a la era de las jaulas) reunió en octubre de 2020 un total de 1,4 millones de firmas de 24 países para pedir a la Comisión Europea que proponga una legislación para prohibir el uso de las jaulas tanto para gallinas ponedoras como en las demás especies de ganado.
España tiene 47 millones de gallinas, de las cuales el 73,5% están en jaulas, mientras que el resto viven en naves en el suelo (16,5%), con espacio exterior (9%) y en régimen ecológico (1,5%).
“Acabar con las jaulas en España y alojar las gallinas en sistemas alternativos tendría un coste de al menos 1.000 millones de euros”, replica María del Mar Fernández, directora de la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos. Este sería el coste mínimo por colocar las gallinas en naves (en el suelo), pero tendría un coste mayor si se alojaran con acceso al exterior.
“El consumidor está preocupado sobre cualquier incidencia sobre los precios”, recalca. Y en este sentido recuerda que los huevos de gallinas criadas en el suelo cuestan entre un 18% y un 20% más que las de jaula y si son camperas al menos un 35% más.
“Para que pueda mejorar el bienestar de estos animales y se alineen las políticas con la evidencia científica y las demandas de la sociedad, es necesario un cambio urgente del sistema. Dicho cambio pasa por la eliminación total de las jaulas en las que viven las gallinas en España, con la meta final puesta en 2027, en línea con las recomendaciones que acaba de hacer la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria centradas en evitar el uso de las jaulas en la cría de gallinas ponedoras, así como en eliminar de forma gradual el recorte rutinario del pico de las aves”, dice Julia Elizalde, manager de campañas en Equalia. “El bienestar humano, ambiental y el de los animales están interconectados y por eso el concepto One Welfare propone fortalecer e impulsar proyectos donde sea precisamente este bienestar animal el que aporte valor a la sociedad. Eliminar las jaulas en la ganadería es el primer paso para conseguirlo”, concluye Elizalde.
La directora de la interprofesional responde a los defensores de los animales invitando a denunciar irregularidades concretas, en lugar de dar una mala imagen genética del sector. “Las jaulas en sí no son malas; otra cosa es si el productor no hace un buen mantenimiento, un correcto manejo o no las tiene alimentadas”, añade Fernández.
“Cumplimos las normas y cuando haya otra normativa la cumpliremos también”. Fernández recuerda que cuando la Comisión Europea presente su nueva propuesta sobre bienestar animal “los productores querrán saber cuál es su impacto económico” para poder planificar sus toda la adaptación. Ningún productor va a cambiar el sistema si no tiene garantizado un precio justo, dice.
“El mercado y el consumidor nos va a decir qué quiere pagar por un huevo”. Pero lo que no quieren es pagar un ojo de la cara por un huevo. Una solución seria que en cada casa, en vez de perros o gatos, hubiera un par o tres de gallinas y problema solucionado. Hay que gallinalizar España. Ya lo advertían los payasos de la tele cuando cantaban la Gallina turuleca.
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