Se ha dicho y escrito mucho sobre el cara a cara de estas elecciones, así que solo añadiré una modesta aportación: parte del resultado de ese debate se debe a la ficticia imagen del Feijóo moderado que han construido y alimentado en Madrid durante años. Una fantasía comparable a la existencia del unicornio, que hubiese sido fácilmente rebatible con un sencillo contraste de su acción política en Galiza durante trece años. Pero claro, para eso hay que elevar la mirada, también la informativa, más allá de la villa y corte.
Aquí conocemos bien su capacidad para decir una cosa y la contraria en la misma frase sin despeinarse; sabemos bien de su utilización trumpista de los datos. Como portavoz nacional del BNG he debatido con Feijóo en el Parlamento gallego durante años y no, no le interesa nada la verdad, lo suyo es embarrar el debate y la descalificación personal del adversario político, que practicaba consciente de su control absoluto de los medios públicos. De hecho, la plantilla de la TVG lleva más de cinco años movilizándose denunciando el omnímodo control que ejerce el PP, los llamados venres negros. Y van 269.
Aquí, sabemos bien como y para quién gobierna Feijóo y el resultado de las políticas de un Partido Popular cada vez más ultra que nos deja una Galiza más pequeña. Por eso, cuando el candidato Feijóo habla de la España vaciada, hay que recordarle que en Galiza dejó un rural despoblado y abandonado, estamos hablando del 90% del territorio convertido en un polvorín, pasto fácil para los incendios.
Cuando el candidato Feijóo habla de que la gente joven se va del rural, hay que recordarle que en Galiza sus políticas provocaron una emigración masiva de 200.000 jóvenes que no se conformaban con elegir entre paro o precariedad. Pero en su versión de la realidad, llegó a decir que a la juventud gallega le gusta viajar y conocer mundo..., y ya de paso trabajar de camareros en media Europa después de haberse convertido en la generación más formada.
Cuando el candidato Feijóo habla de comprometerse con las personas mayores, hay que recordarle que aquí tenemos las pensiones más bajas del Estado y que en trece años no construyó ni una sola residencia pública, dejando el camino libre para que las empresas amigas del PP, por ejemplo Domus Vi, hagan negocio con la vejez.
Cuando el candidato popular pone cara de escandalizado ante la subida de la luz, conviene recordarle que aquí se pasó trece años gobernando para las eléctricas, que empezó su mandato abrazado, —es literal—, al presidente de Iberdrola y que siempre vetó la tarifa eléctrica gallega más barata que proponemos desde el BNG para que Galiza se beneficie de ser rica en electricidad, ya que pagamos los costes ambientales y sociales de producirla. Lo normal, lo que pasa en muchos países europeos que tienen tarifas diferenciadas en sus territorios productores.
Cando el candidato Feijóo habla de la igualdad de las mujeres es bueno mencionarle que en Galiza financió a la antiabortista Red madre que niega a las mujeres el derecho a decidir sobre su maternidad; que recortó las ayudas a las víctimas de violencia machista y que blanquea el negacionismo de la extrema derecha con la que gobierna el PP.
Y cuando al candidato Feijóo presume de buen gestor, otra ficción made in Madrid, ahí está el dato: triplicó la deuda pública al tiempo que recortó en servicios públicos, en educación y en sanidad, y todo mientras bajaba impuestos a los más ricos. Por cierto, ahora que en la capital se preguntan por los sobresueldos del candidato, mencionar que en el Parlamento gallego seguimos esperando a que justifique un incremento patrimonial de 800.000€ en tres años, tal como exige el reglamento de la Cámara gallega. Pero claro, ya sabemos que PP y transparencia son como agua y aceite, no se mezclan.
Sí, en Galiza conocemos muy bien qué pasa cuando gobierna el PP de Feijóo: menos rural, menos sanidad pública, menos empleo, menos vivienda, menos derechos, más emigración, más precariedad, más deuda pública, más ataques a nuestra lengua y cultura. Y ahora, Feijóo el "moderado", dispuesto a gobernar con la extrema derecha machista, racista y xenófoba.
Y dejo aquí lo que decía antes de irse a Madrid: "No tengo intención de pactar con VOX, nunca lo haré porque es un partido que está en contra de Galicia". Pero el candidato del PP ha dado innumerables pruebas de que su palabra no vale nada, en todo caso, abraza sin rubor aquello de "yo soy yo y mis circunstancias", o si prefieren aquello otro de "tengo unos principios, pero si no me convienen, tengo otros". Desde luego, que nadie dude de que el BNG va a utilizar toda la fuerza que nos den los gallegos y las gallegas en las urnas para defender a Galiza de este PP cada vez más ultra con una extrema derecha profundamente antigallega que pone en cuestión hasta nuestro idioma.
Hay que pararlos con votos. Y en Galiza para lograrlo la alternativa real es el BNG, porque cada escaño más del BNG es uno menos del PP y porque el voto al BNG vale doble: garantiza la defensa de Galiza en Madrid y garantiza la defensa de derechos y libertades ante este PP ultramontano. -
ANA PONTÓN Portavoz nacional del BNG.
0 Comentarios