Quizás la principal consecuencia de lo que ocurrirá a partir de hoy en el Congreso de los Diputados es la visibilidad que ganarán las lenguas nativas de España que no son el castellano. Yo lo llamo el efecto karaoke, a raíz de una anécdota que protagonizó Jordi Pujol un día que iba ajetreado y no tenía tiempo de repetir en castellano las declaraciones que acababa de hacer en catalán. "Que pongan el karaoke", dijo el entonces presidente, en referencia a los subtítulos que aparecían en las telas de alcance estatal cuando hablaba en catalán. - Magí Camps
Si el efecto karaoke se hubiera generalizado, hoy ningún ciudadano español se extrañaría de ver a políticos hablando catalán o gallego o vasco. Pero como siempre los ven hablando en castellano, como consecuencia de la repetición de declaraciones, hay ciudadanos que creen que, cuando hablamos en catalán, lo hacemos para tocar la pera o porque somos unos excéntricos, por decirlo con palabras suaves.
El efecto karaoke que se producirá a partir de ahora en las pantallas puede convertirse en la mejor medicina para entender que en la Piel de Toro se hablan desde hace siglos otras lenguas propias. Esto contribuirá a la cohesión de todos los que habitamos por estos lares y será un gran impulso para ayudar a sobrevivir unas lenguas amenazadas, que deberían ser patrimonio de todos los españoles. Como recordaba Carme Junyent: "Cuando se pierde una lengua, se pierde una visión del mundo".
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