LA VERDAD SILENCIADA



Desde el 7 de octubre, 38 periodistas han sido asesinados por las bombas israelíes. Tras cinco semanas de ataques, 16 de los 35 hospitales han dejado de funcionar. Los que quedan, están desbordados y sin medicinas ni combustible

La brutal agresión israelí en Gaza, que entra en su vigésimo séptimo día, ha dejado ya 38 personas asesinadas entre periodistas y profesionales de los medios de comunicación. En todo el año 2022, en la guerra de Ucrania, fueron asesinados 12. El Sindicato de Periodistas palestinos hizo pública una declaración en la que indicaba que, desde el 7 de octubre de 2023, 25 periodistas palestinos y 13 trabajadores del sector de los medios de comunicación han sido asesinados como consecuencia de los continuos bombardeos del ejército de ocupación israelí.

“El ataque deliberado contra periodistas por parte de las fuerzas israelíes refleja una política sistemática destinada a silenciarnos y a suprimir la verdad sobre las masacres israelíes en Gaza. Eliminando a los periodistas sobre el terreno, Israel pretende controlar la narrativa y manipular a la opinión pública a su favor. Esta política no sólo viola los principios de la libertad de prensa, sino que también socava el derecho de acceso a la información y la búsqueda de la verdad”, ha declarado Ahmed Dremly, periodista freelance de Gaza.

Ahmed Al-Sammak, periodista gazatí, manifestó: “Los ataques y asesinatos de periodistas, de nuestros colegas, socavan gravemente la libertad de prensa, pilar fundamental de la democracia. A la luz de este ataque, desempeñamos un papel crucial a la hora de informar y cubrir lo que ocurre en Gaza, y no nos detendremos”.

El creciente número de asesinatos de periodistas y profesionales de los medios de comunicación en la Franja de Gaza es un grave motivo de preocupación que exige atención urgente. La política sistemática de Israel de atacar y asesinar periodistas no sólo perpetúa una cultura de impunidad, sino que impide que la verdad llegue al público mundial.

“Israel está cometiendo crímenes generalizados contra civiles palestinos en la Franja de Gaza. En su escalada bélica, Israel ha cortado los suministros de electricidad, agua, alimentos y combustible de Gaza, creando una amenaza de catástrofe humanitaria inminente”, afirmó la oenegé Euro-Med Human Rights Monitor. “Lo que está ocurriendo en Gaza representa una catástrofe humanitaria total”.

Ahmed Shareif, de 23 años, desplazado en el hospital Al-Shifa, explicó que “huele a sangre y moho por todas partes”. Aunque el hospital Al-Shifa es el más grande de la Franja, no es suficiente para albergar el número de heridos y desplazados que se han refugiado en él, por lo que se han habilitado tiendas de campaña en el exterior para atender a los heridos.

Los ataques aéreos israelíes bombardearon el hospital Al-Helo, también en la ciudad de Gaza. Este hospital sustituye a la sala de maternidad del hospital Al-Shifa, que ahora se utiliza para tratar a los heridos. Actualmente, 16 de los 35 hospitales han dejado de funcionar como consecuencia de los bombardeos israelíes y la falta de combustible.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha declarado: “El nivel de ayuda humanitaria permitido en Gaza hasta este momento es completamente insuficiente y desproporcionado para las necesidades de la población de Gaza, lo que agrava la tragedia humanitaria”. Pero no pasa nada, dicho de otra manera, la ONU como sucedió en Srebrenica, se inhibe, se limita como todos nosotros, como el resto de Gobiernos a recomendar calma, a pedir el alto al fuego con la boca pequeña, y en definitiva a dejar que Israel siga asesinando palestinos inocentes, a hombres, mujeres, niños y periodistas. És el apocalypse now israelí, porque Netanyahu igual que Marlon Brando ha enloquecido, y alguien tendría que erigirse en un justiciero como Martin Sheen que le devuelva la cordura aunque sea de manera extrema. Cuidado, Netanyahu no es consciente, pero está llevando a su pueblo, el pueblo escogido, al precipicio de la extinción.

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