{ads}

ÚLTIMOS ESCRITOS: ...EXTRAVÍOS - GUERRA EN LA FACHOSFERA - UNA 'PÀGINA VISCUDA' - ANARCOCAPITALISMO POPULISTA - CICLISTAS DE PEGA - ESPAÑOLES DESPROTEGIDOS - EL TORMENTO DE GAZA - LA CÁPSULA DEL SUICIDIO......

CAFÉ SINGULAR PARA TODOS

Los meses de debate, redacción y aprobación de la Constitución en 1978 por parte del Congreso y el Senado fueron intensos para el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que organizó en cinco meses –con el verano de por medio– once estudios de opinión sobre el conocimiento, apoyo y temas de intenso debate político y social que recogía la Carta Magna, empezando por el modelo de educación, la legalización del divorcio –no recogida finalmente en el texto– y la abolición de la pena de muerte y acabando por el derecho a la sindicación libre y la descentralización del Estado.  Mes a mes, los sondeos demostraron que la importancia que los españoles daban a estas nuevas bases de convivencia que debían asentar la democracia no era en absoluto proporcional a su interés y conocimiento, de la misma manera que en su posicionamiento y apoyo al texto primaba la desconfianza hasta poco antes de su aprobación parlamentaria y la convocatoria del referéndum del 6 de diciembre de ese año. De la misma manera, muchos de los acuerdos políticos no se correspondieron con el sentir ciudadano.
En particular, los referentes a la estructura política del Estado y a la diferenciación de las autonomías históricas, ya que la mayoría ciudadana se decantaba por un modelo más unificado desde el Gobierno central y a un desarrollo igualitario de las competencias autonómicas.
Pese a los recelos que revelaron las encuestas, la Constitución acabo siendo aprobada por una amplia mayoría tanto en las Cortes como por parte de la ciudadanía.
Es importante fijarse en la foto de los ponentes de la Constitución: Gabriel Cisneros, José Pedro Pérez Llorca, Gregorio Peces Barba, Miguel Herrero, Miquel Roca y, sentados de espaldas, Jordi Solé Tura y Manuel Fraga. Todos juntos a por una Constitución, un comunista al lado de un franquista.
El Café para todos seguramente fue un error, pero un error necesario para aprobar la Constitución. Lamentablemente, en Catalunya seguimos anclados en el mismo problema, ahora se llama financiación singular para Catalunya, una financiación que en su día defendía el PP. ERC anda perdida en su laberinto cainita reclamando los mismos derechos que vascos y navarros, a pesar de saber que eso es imposible.
En el mejor de los supuestos, volveremos a un nuevo café singular para todos. De nuevo otro error, esperemos que sea un error necesario para conseguir la paz, la calma y mandar al carajo la polarización.

Publicar un comentario

0 Comentarios

{ads}

DIGITALES - ESCRITOS ANTERIORES