Aunque parezca que conducir un coche eléctrico es un signo de modernidad, lo cierto es que ya fue tendencia a principios del siglo pasado después de que el empresario Andreas Flocken lo inventara. Los primeros vehículos eléctricos pesaban 400 kilos y alcanzaban tan solo 15 kilómetros por hora. Quedaron “relegados al olvido” después de que los coches de gasolina tomaran la delantera a partir de 1912, recuerda el profesor de escuela de negocios Pablo Foncillas.
El divulgador reflexiona acerca del futuro de los automóviles electrificados. En este sentido, considera que “la inestabilidad geopolítica puede volver a trastocar sus planes”, puesto que para producir las baterías se necesitan materiales que se encuentran mayoritariamente en China. “Quizás, como la historia nos ha enseñado, la solución no esté en una única respuesta, sino en una combinación de muchas”, sugiere.


El origen olvidado del coche eléctrico - Pablo Foncillas en la vanguardia.