El caso de la Casa Orsola llega a un punto de inflexión este viernes, con el desahucio previsto del primer inquilino que se negó a abandonar su piso de alquiler tras la compra del bloque por parte de un fondo inversor. La nueva propiedad planea reformar este inmueble del Eixample para destinarlo a alquileres de corta duración. El perfil de los residentes, mayoritariamente clase media asalariada, ejemplifica la dificultad generalizada para hacer frente a la escalada del precio de la vivienda en la capital catalana.
El conflicto ha suscitado un gran eco mediático y múltiples reacciones políticas y sociales. Por ello, este jueves por la tarde arrancó una "maratón de resistencia vecinal", organizada por el Sindicat de Llogateres, que se ha alargado durante la noche y en la que han participado personalidades como Mònica Terribas, Enric Auger o Jordi Évole.
El Juzgado ha aplazado el desahucio ante la fuerte presencia de ciudadanos, aunque posteriormente ha anunciado que volverán a intentar el desahucio el lunes o el martes... a las 5 de ´la mañana. El de los manifestantes e se trata un grupo variopinto, no solo hay antisistema, sino gente mayor, artistas, periodistas de diferentes medios manifestándose a nivel personal. Sería interesante quedarse ahí, porque de desahucios en Barcelona hay cada día, aunque no siempre en barrios acomodados y una casa modernista como el que acoge a la casa Orsola. Ojalà se produjera una inflexión y la casa Orsola marcara un antes y un después en la inaceptable apropiación de bloques de pisos por parte de estos fondos de inversiones.
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