OSTARA


'Ostara' fue una revista nacionalista alemana fundada en 1905 por el ocultista Lanz von Liebenfels en Viena, Austria. Lanz derivó el nombre de la publicación del nombre de la diosa del alto alemán antiguo Ôstarâ. Lanz afirmaba que los ostrogodos y la nación de Austria (en alemán: Österreich) fueron nombrados matronimamente en honor a esta diosa. Según von Liebenfels, la revista tuvo una circulación máxima de 100.000 ejemplares y apareció en tres series; La primera serie incluyó 100 números entre 1905 y 1917, la segunda serie tuvo solo un número y la tercera serie incluyó 20 números publicados entre 1927 y 1930.

"Un viejo chiste afirma que Austria es el país con el mejor marketing del planeta: ha convencido a todo el mundo de que Hitler era alemán y Beethoven era austriaco. Es un chiste, lo repito, pero no hay que olvidar que una parte de las ideas y delirios de Adolf Hitler se incubó en Austria, más en concreto en las páginas de Ostara, una pseudorrevista racista, antisemita y misógina. Ostara es la divinidad germánica de la primavera. Y su nombre mismo probablemente está emparentado con Austria o con Easter, la Pascua en inglés. No me pierdo en ello, pero la identificación de la diosa con la primavera se basa en Beda el Venerable, un monje benedictino que sin duda inspiró a otro religioso del Císter muy posterior, Jörg Lanz (nacido en Viena en 1874). Este monje, ya fuera del monasterio y apartado de la Iglesia, en 1904, publicó Teozoología, donde abogaba por la esterilización de los seres inferiores y glorificaba al varón rubio como el culmen de la humanidad. Las mujeres eran todas dudosas, pues incluso las rubias arias puras no podían evitar ser promiscuas y sentirse atraídas por los hombres morenos y oscuros.

En fin, nuestro monje, que en realidad se llamaba Adolf (ya es casualidad) Josef y que firmaba como Jörg Lanz von Liebenfels sus digamos que reflexiones, fundó en 1905 la revista –o panfleto o lo que sea– Ostara, de la que fue único autor, editor y propagandista desde 1908. Vamos, que él se cocinaba y se comía todo su vómito de odio concentrado. Blasonaba de tener cien mil suscriptores, pero lo más probable es que su número de lectores fuese muy inferior, aunque su presencia en tabernas y otros lugares públicos le dio una irrefutable popularidad. Creó su propia organización esotérica, Ordo Novi Templi, los nuevos templarios que debían luchar por la auténtica cristiandad, la de los Gottmenschen, los hombres dioses rubios y altos que debían salvarnos de los simios negros y morenos. No me extiendo más, porque imagino que ya se han hecho una idea". Daniel Fernández en la vanguardia.

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