"No iré a ninguna manifestación nacionalista, bajo bandera alguna. Sé que esta opción me predispone a ser la primera víctima. Porque soy siempre y en todas partes un extranjero." THEO ANGELOPOULOS.

¿Edad? La vida está marcada por una serie de errores y la madurez es aprender de ellos. Nací en Pedrajas, Valladolid. Identificado con cristianismo y marxismo, que no comunismo. Me doctoré en Münster y la UAM. La inmigración nos obliga a repensar y abrir el modelo de Estado-nación hacia el de diáspora. Reyes Maté ha publicado Tierra de Babel', ya la contra de la vanguardia le han entrevistado.
"La humanidad, que fue nómada, ha oscilado entre el modelo de la diáspora o el de la polis-Estado nación. La mayoría consideraron que lo natural –apunta Reyes que nunca fue racional– es que cada tribu tuviera un territorio en exclusiva, una lengua y los derechos de los que privaban los extranjeros. Los judíos, en cambio, optaron por ser diáspora y fueron perseguidos por serlo hasta que con el sionismo decidieron tener un Estado propio por el que todavía. combaten. Advierte que la modernidad, la globalización y la inmigración hacen hoy inviable el Estado nación y el nacionalismo que lo exalta y aboga por este modelo diáspora más abierto a la convivencia en la diversidad de lenguas y culturas. optimismo que también nos atrae la diferencia; que el amor enmienda el nacionalismo y conseguirá que también triunfe el mestizaje".

¿Por qué elige el mito de Babel para explicar lo que ocurre?

Porque la humanidad siempre ha oscilado entre el modelo de la polis y el de la diáspora.

¿El de la polis es el Estado nación con una lengua, cultura, pueblo...?

Y hoy es mayoritario, pero no puede responder ya a los nuevos desafíos. No sólo por la inmigración, sino porque el nacionalismo de la polis-Estado nación excluye al otro y en determinadas circunstancias lo extermina... Lleva a Auschwitz.

¿No se puede frenar antes?

Por eso propongo volver a Babel y al modelo de la diáspora, que es el de la universalidad, de la hospitalidad, que es el del futuro.

Defina nacionalismo, porque hay muchos... y diferentes.

Nacionalismo es el gesto de un grupo sobre un territorio que consideran sólo suyo y cuyos derechos niegan a los de fuera. Es un gesto irracional y arbitrario pero persistente.

Basta con ir a un campo de fútbol.

De esto nos habla el mito de Babel. Un grupo construye una ciudad cerrada con una torre memorable, al inventar una forma de convivencia monolingüe. Pero el modelo de una única lengua fracasa el día en que la gente de Babel abarca la pluralidad de culturas y lenguas. Y así nace el modelo de la diáspora.

¿El de los nómadas, cosmopolitas...?

Es ocupar pacíficamente toda la tierra sin querer poseer un territorio en exclusiva para convivir entremezclados en lenguas y culturas.

Pues parece que se impuso al otro.

Se impuso el modelo de polis de Aristóteles, sí; y el Estado nación de Hegel. Solo una minoría, la judía, eligió vivir en diáspora...

Judíos cosmopolitas y perseguidos.

Por serlo. Querían vivir de forma postnacional más allá de la pertenencia. Esta diáspora judía duró 2000 años. Fracasó, porque la mayoría de las polis no aceptaban esta opción y les odiaban. Y se llegó hasta el exterminio.

Y los judíos quisieron tener su Estado.

Viendo que su modelo de diáspora fracasa, deciden al XIX crear su polis, su Estado nación. Es el nacimiento del sionismo.

Y construyéndolo están armas en mano.

Adoptan finalmente la idea de que una comunidad es la única titular del territorio en el que vive y sus miembros tienen derechos sobre ella que se niegan a los de fuera.

¿No necesitamos raíces, una tierra?

El ser humano tiene piernas, no raíces.

¿No necesita usted una lengua propia?

El ser humano siempre necesita una casa y nacer en un territorio con una lengua y costumbres, pero todos somos más que la casa. Y si pensamos que nuestra cultura y lengua son sagradas, las hacemos excluyentes.

¿Un territorio no tiene lengua propia?

No existe lengua propia ni impropia. Veamos el caso de Derrida: hijo de judíos en Argelia. Su lengua es el hebreo, pero sus padres la olvidaron. En Argelia debería hablar árabe, pero se habla francés, y cuando lo habla en Francia le dicen que habla raro. Y es... extranjero.

Otro extranjero como Camus, de hecho.

Concluye que ninguna lengua es natural ni propia; todas fueron impuestas. Hablamos la nuestra porque ha destruido las que había.

¿O ha evolucionado, tal vez?

Hablar bien una lengua consiste en tener conciencia de las que hemos hecho callar. Cervantes la tiene cuando en Don Quijote remite a un autor árabe, Cide Hamete Benengeli.

¿No se trata de que no te impongan otra?

Quien se atrinchera en su propia lengua está cometiendo un atraco contra su propia lengua, porque debe mucho a las lenguas silenciadas sobre las que se impuso.

¿La inmigración no acabará por desbordar los límites del Estado nación?

El inmigrante es el desafío, pero los estados ricos no podrán impedir que la gente se ponga en marcha. La inmigración va a crecer, porque crece la diferencia entre pobres y ricos.

¿No podrán detenerla o frenarla?

No se arregla levantando muros. La única solución es plantear un tipo de gobernanza mundial que los países ricos hagan suya.

¿Por qué se ha impuesto el Estado nación?

Los dioses eran los antepasados ​​muertos, que se enterraban en el centro de la casa, un sitio sagrado. Esto es la patria: la tierra de los padres. Y así, la tierra ha sido el principio del derecho, la justicia y la política.

¿Y por qué no seguirá siéndolo?

Hitler no odia a los judíos por su raza sino porque han renunciado a tener un Estado. Hoy debemos volver a optar por la diáspora.

¿Y las revoluciones internacionalistas?

La francesa comienza por los derechos del hombre... universales... pero añade que "serán libres e iguales los que quieran Estado".

¿Católico no quiere decir universal?

San Pablo construye un espacio transnacional, pero en el siglo IV el cristianismo se convierte en religión de Estado y acaba siendo nacionalista. Hoy es necesario repensar este modelo e ir hacia la convivencia en la diversidad del modelo de la diáspora.

“Ninguna lengua es natural ni propia: todas fueron impuestas”