En tiempos en que todo lo queremos saber al momento, que tomamos decisiones precipitadas y que no aceptamos los errores cometidos por la inmediatez, tiene todo el sentido que se haya puesto de moda el estoicismo. Pero el primer estoico de la historia, Zenón, no habría tenido este honor si no hubiera conocido a Crates, uno de los grandes entre los cínicos, que le insufló un poco de desvergüenza. Zenón había desembarcado en Atenas para vender su cargamento de púrpura, y su embarcación encalló cuando divisaba el puerto del Pireo. Tras toparse con Crates y escuchar sus consejos, recordaba aquel día diciendo: “Tuve un pésimo viaje de mar, pero un óptimo naufragio”.
La enseñanza es clara: ante las dificultades, templanza, y ante los errores, un poco de cinismo. Le vendría bien a Alberto Núñez Feijóo tener presentes las reflexiones de Zenón, tras el enredo en que el PP se ha metido al votar en contra del decreto ómnibus del Gobierno, que incorporaba importantes medidas de calado social, como la revalorización de las pensiones o la rebaja de los transportes públicos. Sus dirigentes van gritando a los cuatro vientos que era una trampa. Pero la política, como la vida, está llena de trampas, y de lo que se trata es de no caer en ellas. El PP pretendía demostrar con una nueva derrota parlamentaria la soledad del Gobierno y lo que puso de manifiesto es su torpeza como oposición. Los populares son conscientes de que la Moncloa les está acorralando y no aciertan en cómo responderle.
La derecha no jugó bien sus cartas y ahora tiene un problema. Cuando el relato se impone, luego es difícil matizarlo y mucho más complicado cambiarlo. Convocar un pleno en el Senado para aprobar una parte importante del decreto ómnibus después de haberlo hecho saltar por los aires en el Congreso no es serio ni sirve para nada. La mayoría del Gobierno está cada vez más coja, pero la oposición tampoco camina recta. A la derecha de este país le cuesta pactar y, en cambio, se pasa el día haciendo declaraciones. Por cierto, Zenón le dijo a uno de sus discípulos que no paraba de hablar: “Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente porque debemos escuchar más y hablar menos”. Sabiduría estoica. - Màrius Carol en la vanguardia.