¡11 M PÀSALO!


Faltaban exactamente dos años para el nacimiento de Twitter. Las comunicaciones entre activistas se hacían en plataformas de discusión alojadas en un internet incipiente, como Indymedia, Nodo50 o sinDominio. Y luego estaban los SMS, aquellos mensajes cortos, de hasta 160 caracteres, que sobre todo se usaban para breves comunicaciones y para participar en concursos televisivos, en tanto que tenían coste. El 13M de 2004 empezó a circular a mediodía un SMS que decía: “¿Aznar de rositas? ¿Le llaman jornada de reflexión y Urdazi trabaja? Hoy 13M, a las 18h. sede PP C/Génova, 13. Sin partidos. Silencio por la verdad. ¡Pásalo!”. Hacía dos días que se habían cometido los atentados del 11M, que causaron 193 muertos, y el Gobierno seguía empeñado en culpar a ETA para llegar a las urnas del 14 de marzo sin el peso de las consecuencias de su implicación en la guerra ilegal de Irak y en la foto de las Azores.

En Madrid, un licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, no militante de ningún partido, no dejaba de indignarse viendo cómo José María Aznar, su Gobierno y la dirección del Partido Popular “se pusieron a trabajar manos a la obra para construir una gran mentira, una enorme falsedad; si la sociedad conocía la conexión de los atentados con la intervención española en la guerra de Irak, perdían las elecciones, si conseguían defender la autoría de ETA hasta los comicios, mayoría absoluta”.

En la noche del viernes al sábado, este hombre “se despertó, llevaba dos días conectado a una radio y viendo hasta dos canales de televisión a la vez”: “No paraba de darle vueltas a algo que estaba ocurriendo delante de las narices de toda la ciudadanía”. Y esa noche, en su desvelo, redactó un SMS que tardó bastante en ajustar a los 145 caracteres que le aceptaba su móvil. “Por la mañana llamó por teléfono a dos amigos y uno de ellos le recomendó que retrasara una hora la convocatoria porque a las cinco le parecía muy temprano, así que la cambió a las seis. Guardó el móvil en el bolsillo y fue a visitar a su padre, dudando de si llevaría o no a cabo el envío”, explica.

¿Y qué pasó después? Que el portavoz del Gobierno salió en televisión diciendo: “Resulta que algunos parece que quieren descartar que pueda ser la banda criminal y asesina ETA, cuando todo apunta y hay líneas de investigación en marcha, de las que se ha dado cuenta, que no nos debería causar ninguna sorpresa que fueran los criminales de ETA”. En ese momento, “la indignación se desbordó”, relata el autor del SMS, “sacó su teléfono móvil del bolsillo, fue a la carpeta de mensajes guardados, rescató el de Aznar de Rositas y uno por uno fue enviándolo a 17 personas, con la emoción de quien está transgrediendo algo importante, con la indignación de quien, como miles de ciudadanos, necesitaba reaccionar ante lo que estaba ocurriendo, con el temor de que aquello pudiera desencadenar algunas consecuencias incontrolables, con la rabia acumulada durante los cuatro años de despotismo absoluto de José María Aznar, pero sin saber ni poder imaginar que aquel gesto iba a desencadenar un enorme gesto de dignidad: ¿Aznar de rositas? ¿Le llaman jornada de reflexión y Urdazi trabaja? Hoy 13M, a las 18h. sede PP C/Génova, 13. Sin partidos. Silencio por la verdad. ¡Pásalo!”.

“Tengo muchos amigos en la facultad de Políticas, pero de los 17 mensajes que envié, una mayoría cualificada no fue a gente de esa facultad”, explica el autor del SMS. El periodista de El País, Carlos E. Cué, explica en el libro '¡Pásalo!, los cuatro días de marzo que cambiaron un país' (2004), que “el contenido estaba directamente relacionado con el jefe de informativos de TVE porque fue escrito la noche anterior, después de ver el telediario”. Y cuenta que surgió la duda con el apellido del periodista de TVE: “Urdaci es con c, no con z'. Y el autor protestó: 'No entendéis nada, la z es por lo de Letizia, era una broma'. Decidieron dejarlo, aunque poco después se vería que nadie iba a entender el chiste”.

En una entrevista en Radiocable con Fernando Berlín, periodista que también estuvo el 13M en Génova, el autor del mensaje explicaba hace diez años: “No era militante de ningún partido y no había sido un partido político el que estaba detrás del mensaje, sino un ciudadano enfadado. Había miles y miles de personas que nos estábamos dando cuenta del gran engaño en el que nos quería llevar hasta el día de las elecciones el Partido Popular. En aquella época se hablaba de Rubalcaba, de la máquina de mandar SMS que tenía Pepe Blanco en Ferraz, también se implicó a Izquierda Unida, luego a Pablo Iglesias... Sí, es cierto que yo tengo mucho vínculo con la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología y esa mañana, antes de mandar el mensaje, llamé a un profesor que es amigo mío y le leí lo que había escrito”.

“Son activistas, están acostumbrados a ser pocos, pero ese sábado temían las cargas policiales”, escribe Cué en su libro. “El año anterior hubo hasta 140 heridos en dos días de protestas contra la guerra en Madrid. Sin embargo, el mensaje estaba llegando a todas partes. Las ganas de hacer algo se habían contagiado en la manifestación del día anterior, y la indignación generalizada contra el Gobierno entre la gente de izquierdas hizo que muchos miles de personas cumplieran con ese 'pásalo”.

Entre las miles de personas que se congregaron aquella tarde frente a la sede del PP había algunas personas que con el tiempo fueron protagonistas de la política española, como el ex secretario general de Podemos y ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y el también fundador de Podemos Juan Carlos Monedero.

“Ese día tuvo cierta importancia gente de la facultad de Políticas de la Complutense”, recuerda Pablo Iglesias, ahora director de Canal Red. “Desde el principio nos parecía a muchos inverosímil que la autoría fuera ETA y, según fue pasando el tiempo, eso se fue confirmando. Y gente de la facultad de Políticas tuvo algo que ver con el famoso SMS [que redactó y envió una persona de fuera]. Ahí estaban Juan Carlos Monedero, Ariel Jerez, Víctor Sampedro, en el núcleo próximo de donde salió la convocatoria frente a la sede del Partido Popular. Una situación muy tensa, porque, claro, una concentración frente a la sede del partido del Gobierno en jornada de reflexión no era poca cosa. Y allí también se inauguró la lógica de la mentira, tanto en los medios como en este caso por parte del Gobierno del PP. De ahí salió después toda la defensa de una teoría de la conspiración del periódico El Mundo y Jiménez Losantos sobre la autoría de los atentados: en aquella gestión comunicativa de los atentados nacieron algunas de las claves de nuestro mundo actual”.

“Esa noche estábamos deprimidos”, recuerda el profesor de Políticas Juan Carlos Monedero en relación al viernes 12 de marzo: “Hablábamos constantemente por teléfono. Evaluábamos qué hacer. Hablamos de convocar una manifestación delante de la sede del PP, pero lo descartamos porque veíamos imposible convocar a tanta gente como la que había salido ese viernes en toda España [con el lema Con las víctimas, con la Constitución y por la derrota del terrorismo y la intención de señalar a ETA]. Nos fuimos a dormir pensando que la estrategia de Aznar de aguantar 72 horas con la mentira de que había sido ETA, le iba a salir bien”.

Monedero recuerda que “la mañana del sábado, muy temprano”, le llamó el autor del mensaje: “Recuperaba la idea de convocar delante de la sede del PP. Me mandó el mensaje del 'Pásalo'. Y me dijo: 'No lo cambies, que está medido para que quepa en un solo SMS'. Le dije que esperara. Estábamos trabajando políticamente y la decisión tenía implicaciones. Le dije que me diera una hora para que viera los periódicos y decidíamos”. Monedero en aquel momento formaba parte de un grupo de personas que estaba asesorando al entonces líder de IU, Gaspar Llamazares, formal e informalmente: “Había quedado con unos alumnos mexicanos en el café Central, en la plaza de Bilbao. En el kiosco de la plaza compré la prensa. En El Mundo, pese a ser jornada de reflexión, había una entrevista a doble página, y en portada, con Mariano Rajoy, que era el candidato del PP. 'Estos no saben sino hacer trampas', pensé”. 

Entonces, llamó al creador del SMS: “Vamos. Le he cambiado la hora. Las 17.00 es muy pronto. He puesto a las 18.00. No creo que sirva de nada convocar, pero que no nos lamentemos de no haber hecho nada'. Lo mandamos a muy poca gente, especialmente a las redes del No a la guerra. Del café Central fuimos al tanatorio. Había fallecido la pareja de un compañero. En el tanatorio, arrasado por el dolor de tantas víctimas, empezamos a recibir rebotado el mensaje: 'Pásalo'. Pensamos que igual la cosa sí iba a funcionar”. “En el tanatorio”, recuerda Monedero, “estaba Carlos E. Cué, el periodista de El País. Me dijo: '¿Vais a hacer algo?' Recuerdo que, más con el deseo que con la realidad, le contesté: 'Ya verás cómo sí que estamos haciendo algo. 

El 'Pásalo' cambió el curso de las elecciones y el presidente Aznar, que entró en la política mintiendo, iba a salir como el mismo mentiroso que siempre había sido y sigue siendo”. Con información de el periódico y el diario.es

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