La mayoría de los trabajadores tiene la percepción de que, una vez jubilado, recibe un dinero parecido al que ha aportado con sus cotizaciones a lo largo de su vida laboral. Sin embargo, por lo general eso no es así. Un trabajador tipo que haya tenido una carrera laboral ininterrumpida de entre 33 y 43 años cotizados, con bases medias de cotización y que se jubile hoy en día con entre 63 y 70 años, recibirá con el cobro de su pensión en lo que le resta de vida una media de un 62% más de lo que ha aportado al sistema en cotizaciones sociales cuando estaba en activo.

Así lo determina el último informe del Centro de Investigación Actuarial de España, al que ha tenido acceso este periódico, y que analiza la relación entre lo aportado en cotizaciones y lo que recibirá un trabajador tipo que se jubile en 2025 y lo compara con cómo era esa relación hace cinco años. En concreto, los actuarios —que son los profesionales que analizan los riesgos e incertidumbre de situaciones futuras, utilizando matemáticas, estadísticas y teoría financiera— han medido, como han hecho en otros años, este grado de generosidad a través de lo que denominan Factor de Equidad Actuarial, que determina cuantos euros se lleva un pensionista tipo por cada euro aportado a la Seguridad Social. Dicho esto, advierten que este indicador no mide la generosidad total del sistema, sino la de los individuos tipo que se jubilan en un año determinado y teniendo en cuenta solo la pensión de jubilación.

El resultado de la comparativa con respecto a 2020 es que la generosidad de las pensiones ha crecido, ya que hace cinco años, por cada euro aportado, este trabajador tipo que se jubilara entonces recibiría 1,55 euros (o lo que es lo mismo un 55% más que lo ingresado en la caja de la Seguridad Social). De esta forma, el informe llama la atención sobre el hecho de que las pensiones sean más generosas con los individuos tipo ahora a pesar de la última reforma de pensiones (de 2021 y 2023) destinada a garantizar la sostenibilidad de las pensiones con medidas para aumentar los ingresos, endurecer el acceso al retiro anticipado e incentivar la prolongación de la vida activa más allá de la edad ordinaria de jubilación, pero con un ancla para consolidar las pensiones y su poder adquisitivo. Algunas de estas medidas de ajuste, en términos actuariales, hacen más exigente la relación entre los euros aportados y los que se recibirán.

Esta noticia que publica el País, aparte de que no es cierta, lo que persigue no deja de ser uno a por ellos, que cobran demasiado y encima no se mueren. 

Y afirmo que no es cierta. Vamos por partes, una persona de mi época cotizó de los 14 a los 65 años, son 51 años de cotización, que sirvió para pagar a los jubilados anteriores, de la misma manera que los cotizantes de ahora pagan la de los jubilados actuales. El promedio de vida de los hombres es de 81 años y de 83 las mujeres, por lo tanto, un jubilado cobrará su pensión un promedio de unos 18/20 años., es igual, pongamos 30 años,  o sea 21 años menos de los que cotizó. Encima, a este jubilado actual les descuentan de su paga cada mes un 18,45% de IRPF, entonces, de donde sacan tanta generosidad de la caja de la SS a la hora de percibir las pensiones. Todo ello sin contar la función social de la mayoría de jubilados de cuidar nietos, llenar neveras,  enfrentarse al  cajero automático, etc. Además, puesto que la tan manida caja de la Seguridad Social es un 'Esquema Ponzi', entiendo que sus costuras no resistirán eternamente, aunque aumente el número de cotizantes como en la actualidad, que andan por los 21,1 millones. Pero eso hace tiempo que lo saben y no se han molestado en buscar alguna solución.

Que la administración tenga la poca vergüenza de culpar a los jubilados, crea un clima hostil, un run run que se empieza a escampar por las redes. Es, como decía antes, un a por ellos en toda regla. Recordemos que ya en 2013, el entonces Ministro de Finanzas japonés Taro Aso, dijo que los viejos deberían apresurarse a morir para, de este modo, ahorrar al país el gasto médico que suponen.