El proceso secreto para elegir a un nuevo papa comenzó este miércoles, miércoles 7 de mayo, dos semanas después de la muerte del papa Francisco a los 88 años. Los fans de la película Conclave, nominada al Óscar y centrada en la elección papal, podrían pensar que tienen algunas claves sobre lo que pasará estos días. Pero, ¿hasta qué punto es fiel la película a la realidad? ¿Hasta qué punto alguien podría explicarme como algo que no tiene ninguna importancia per se ni para el 80 por ciento de la humanidad, despierta tanto interés en los medios?, y eso que és el único acto un poco democrático de la Santa Madre Iglesia,
¿Hasta qué punto es normal que el resultado de la elección del nuevo papa se comunique a través de humo, en pleno siglo XXI?
¿Hasta qué punto la elección del jefe de la secta despierta tanto interés mediático, es un misterio irresoluble?.
De toda esta antigua farsa, lo único interesante és el origen del conclave, que demuestra la miseria y bajeza ética y moral del personal pontificio.
El cónclave más largo de la historia ocurrió entre 1268 y 1271 en Viterbo, Italia, y duró casi tres años. La elección del sucesor de Clemente IV se vio obstaculizada por divisiones políticas entre los cardenales, lo que llevó a un estancamiento prolongado.
La desesperación fue tal que las autoridades locales encerraron a los cardenales y racionaron su comida, reduciéndola a pan y agua. Incluso desmantelaron el techo del palacio donde se reunían, con la esperanza de acelerar la decisión. Finalmente, los cardenales eligieron a Teobaldo Visconti, un archidiácono que ni siquiera era sacerdote en ese momento, quien tomó el nombre de Gregorio X.
Este episodio llevó a la creación del sistema de cónclave moderno. Gregorio X promulgó la bula Ubi Periculum en 1274, estableciendo el aislamiento obligatorio de los cardenales durante la elección papal para evitar influencias externas. Desde entonces, el proceso ha evolucionado, pero la esencia del encierro bajo llave sigue vigente.
En el fondo toda esta parte de la farsa se podría resumir en que el futuro papa, "Testes habet et bene pendentes". Como diria Jennifer López: ¿habemus Papam?, ¿y la mamam pa cuando?
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DESTAKADAS
Esto de una mama, en vez de un papa, no es posible por una simple cuestión de estética verbal. Y es que aquello "su santidad..." suena fatal si debe ser "Su Santidad la mama" (Queda un poco marrano)
Bé, si la mama bé, que vingui.