“La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.” - HP Lovecrat - imágen generada por la IA Copilot.

En el universo sombrío de H.P. Lovecraft, hay relatos que se deslizan por la mente como una sombra persistente. El modelo de Pickman, escrito en 1926, es uno de esos cuentos que no solo perturban, sino que invitan a reflexionar sobre los límites del arte, la percepción y la realidad misma.

La historia nos llega a través de Thurber, un narrador que comparte con un amigo —y con nosotros— su experiencia con el pintor Richard Upton Pickman. Este artista ha sido repudiado por la élite cultural de Boston debido a sus obras grotescas, que retratan criaturas monstruosas con un realismo inquietante. Movido por la curiosidad, Thurber visita el estudio secreto de Pickman en un barrio marginal. Lo que descubre allí va más allá de lo imaginable: los horrores que Pickman pinta no son invención… son reales. El giro final, una fotografía reveladora, confirma que las criaturas posaban para él como modelos.

Lovecraft nos plantea una idea perturbadora: ¿y si el arte no fuera una expresión de la imaginación, sino una ventana a lo que no queremos ver? Pickman no crea monstruos, los documenta. Su pintura no es fantasía, es testimonio. Esta inversión de roles convierte al artista en testigo de lo innombrable. Además, el relato nos recuerda que lo verdaderamente terrorífico no es lo que se sugiere, sino lo que se muestra con precisión. El horror, cuando se presenta como realismo, se vuelve insoportable.

Lovecraft sitúa la historia en los rincones olvidados de Boston, donde la ciudad moderna se descompone y da paso a lo ancestral. El estudio de Pickman, oculto en un barrio decadente, funciona como umbral entre lo cotidiano y lo primitivo. Allí, bajo tierra, habitan las criaturas que la civilización ha decidido ignorar. Este relato ha inspirado múltiples adaptaciones, incluyendo un episodio en la serie Guillermo del Toro’s Cabinet of Curiosities (Netflix, 2022), que reinterpreta la historia con una estética visual poderosa y un enfoque más psicológico. La vigencia de El modelo de Pickman demuestra que el miedo a lo desconocido sigue siendo universal.

El modelo de Pickman es más que un cuento de terror: es una meditación sobre el poder del arte para revelar lo que preferimos mantener oculto. Lovecraft nos obliga a preguntarnos qué hay detrás de cada obra perturbadora, y si el artista no es, en el fondo, un explorador de lo que yace más allá de la razón.

Este escrito se ha inspirado en este otro del DIARIO DE UN UNIONISTA.