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viernes, octubre 24, 2025

CIBERCOTIZANTES

Robot de Amazon en pruebas en uno de sus centros logísticos

 Amazon se convirtió en solo dos décadas en la segunda empresa en cuanto a empleados en Estados Unidos, gente que trabaja en almacenes, en la distribución o en el avance de la propia tecnología. Pero ahora la compañía de Jeff Bezos está al borde de una nueva reconfiguración laboral gracias al plan de sustituir a más de medio millón de trabajadores por robots. Amazon tiene actualmente entre 840.000 y 1,2 millones de empleados en todo el mundo, creando millones de puestos de trabajo directos e indirectos desde su fundación. 
La inteligencia artificial destruirá una cantidad ingente de puestos de trabajo en los próximos años. No solo los de baja calificación y salarios, sino puestos de trabajo de cuello blanco de media o elevada calificación que comporten tareas que pueden realizar ahora robots inteligentes y algoritmos que tomen decisiones (que antes hacían las personas). Las decisiones sobre concesión de créditos que dependen de los directores de oficinas bancarias ahora les hacen de forma más rápida y segura los algoritmos. Ocurre en otras profesiones, como diagnósticos médicos, sentencias judiciales o trámites o tareas que antes realizaban registradores y secretarios de ayuntamientos. 
Una de las propuestas, compartida por otros expertos y estudiosos, para no perder el tren de la digitalización y, al mismo tiempo, evitar el impacto negativo en el empleo, es mejorar la educación. La idea es que si estamos más formados los robots no podrán sustituirnos a nuestras tareas. La educación nos permitirá escapar de la amenaza de los robots y los algoritmos. No me siento cómodo con esta propuesta. Hay muchas y muy buenas razones para mejorar la educación de los jóvenes y la formación de los trabajadores, especialmente los desempleados. Pero la educación no es la respuesta al desafío que plantea la inteligencia artificial. Si no es la respuesta, es necesario volver a hacer la pregunta. 
¿Por qué las empresas compren más robots de los necesarios para sustituir a los trabajadores existentes o evitar contratar otros nuevos? Una respuesta intuitiva es que los robots son más eficientes y productivos. Además, no plantean reivindicaciones salariales ni hacen huelgas. Pero los datos disponibles no avalan por completo esta explicación. Las investigaciones de Daron Acemoglu, un reputado economista del MIT, sobre la productividad de la economía estadounidense, concluyen que existe un exceso de automatización. Esta sería también la explicación al crecimiento económico menos compartido que hemos tenido desde los años 80. Por cierto, si son aficionados a las apuestas, apuesten por Acemoglu como futuro Premio Nobel de Economía. 
¿Qué explica ese exceso de automatización previo a la Covid-19, ahora que la pandemia no está exacerbante? La respuesta de Acemoglou es la diferente fiscalidad sobre las máquinas y los trabajadores. En las últimas décadas, los gobiernos han reducido de forma continua la fiscalidad empresarial sobre las máquinas, a la vez que subvencionen su compra. Por el contrario, los impuestos sobre el trabajo (cotizaciones a la seguridad social) se han mantenido muy elevados. Así las cosas, es lógico que se esté produciendo un exceso de automatización. La conclusión que podemos extraer de este análisis es que la solución a la destrucción de empleo no es la educación, sino hacer tributar a los robots y disminuir el coste fiscal de los trabajadores. 
El Parlamento Europeo ya propuso en el 2017 estudiar un marco legal para que los robots contribuyan fiscalmente, y la cosa la tienen como suele ocurrir en general en el congelador. En España, en marzo de 2024, se debatió en el Congreso de los Diputados la iniciativa “Cibercotizante”, impulsada por José Joaquín Flechoso, quien propone que los sistemas automáticos coticen indirectamente. La idea todavía no se ha convertido en ley, pero la presión para regular la automatización está creciendo, especialmente en sectores como logística, hostelería y manufactura, pero ya sabemos que las cosas de palacio van despacio y como buen jubilado me toca decir, esto yo ya no lo veré


3 comentarios:

  1. No lo veremos; pero estaría bien que los robots paguen una cuota destinada al desempleo y a la formación de los despedidos por su causa. Y que una parte de esos impuestos vayan a un fondo para pensionistas.

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  2. Eso sería lo correcto, pero ya veremos en que acaba.

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  3. Eso sería lo correcto, pero ya veremos en que acaba. Parece que tanto en Madrid como en Bruselas mucha prisa no se van a dar con este asunto.

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