Cuantos santos y cuantos inocentes - Foto:Carles Roura - la vanguardia

 No era muy difícil, se trataba de con unas tijeras perfilar en un papel, la mayoría de las veces, de periódico atrasado, una silueta humana. Una figura simple, elemental. Un logo. Un esquema de hombre o mujer parecido, quizá, a los que se colocan en las puertas de los servicios de los lugares públicos poco sofisticados, para indicar al usuario o usuaria la dirección adecuada. Una vez confeccionada tan liviana figura, se buscaba a las víctimas para colgarles con gesto tembloroso y por la espalda la tal manufactura ingenua. La presa colaboraba simulando sorpresa, o no. Y la jauría infantil, que todo el año esperaba para aplicar, con un alfiler, sus proezas en abrigos ajenos, estallaba en burlas. “¡Inocente! ¡Inocente!”. Al tal engendro lo llamábamos 'la llufa' y su reinado se celebraba el día de los Inocentes. Día de bromas blancas y enredos ingenuos en periódicos y radios. En mercados y oficinas. En las familias. De hecho, un acuerdo tácito. Con la simplicidad de los niños más que de las niñas. 

Y eso fue cuando aún no habíamos perdido del todo la inocencia, cuando se vivía mucho más en la calle. Cuando los periódicos eran en papel. Cuando las alegrías eran escasas. Cuando la burla era indolora. Cuando los niños eran niños y jugaban en la calle con las piernas llenas de mercromina. Cuando la nostalgia aún no nos había llegado. Cuando la felicidad era una ostentación. Cuando vivíamos disimulando las tristezas. Cuando creíamos en algo. Cuando se escribían cartas y postales. Cuando luchábamos por un futuro mejor.  Cuando no nos creaban falsas necesidades. Cuando los teléfonos servían para hablar. Cuando las personas se comunicaban en el rellano o en el patio de vecinos. Cuando aún no hablábamos con las máquinas. Cuando la gente se moría en casa. Cuando se escuchaba a los viejos. Cuando se lloraba en el cine. Cuando aún no habíamos descubierto que ya no había santos, y que los inocentes éramos todos y cada uno de nosotros, y lo éramos cada dia de los 365 dias del año.