Cuando tenía dieciséis años vi una película que me impresionó profundamente, "la Chica de la Maleta" del director de cine italiano Valerio Zurlini, con una maravillosa Claudia Cardinale, Gian Maria Volonté i un tímido Jacques Perrin. La película en un blanco y negro muy bien retratado por Tino Santoni, que no es nada fácil, narra las peripecias de una chica: Claudia Cardinale, que conoce a un chico tímido: Jacques Perrin, hermano de su amante que pasa de ella, el chico se enamora de CC, pero es un amor imposible. La película que no la he vuelto a ver más, la vi tres o cuatro veces en una semana en cine Colón, donde ahora hay un bingo, en la avenida 11 de septiembre.
Me impresionó mucho, supongo porqué representaba, (aunque era mayor) que Jacques Perrrin tenia 16 o 17 años y me identifiqué mucho con el personaje, y es que Claudia Cardinale estaba guapa a reventar; me parece era la segunda o tercera película que interpretaba i recuerdo que me enamoré de ella como un imbécil. Por otro lado, diría que fue la primera producción, o sino de las primeras europeas que aparte de una excelente banda sonora, contenía canciones de los cantantes de moda en Italia en aquel momento: Mina, Milva, Peppino de Capri, Renato Carosone, Adriano Celentano, Gino Paoli i algún otro que ahora no recuerdo, aspecto que no era demasiado frecuente i que coincidió también con el apogeo de la canción italiana.
Supongo que si ahora la volviese a ver, tendría una enorme decepción, aunqué me da la sensación que es un film que no necesariamente ha de haber envejecido mal, pero es que aún me dura la decepción de revisar Farenheit 451º de Truffaut que vi en su estreno en Palma de Mallorca el año 68 cuando prestaba el servicio militar.
Y es que hay películas que como las personas envejecen muy mal.