A veces tengo la sensación de que como el chiste de Eugenio, son los otros los que van en dirección contraria por la autopista, y conste que debo ser de los más fieles seguidores de la Fórmula 1 por la tele, desde que empezó emitir las carreras TVE, pero de eso hace mucho tiempo y hace ya también mucho tiempo que no la miro, simplemente, para mí ya no tiene ningún interés, de hecho, como las carreras suelen ser a las dos de la tarde, veo la salida, hago la siesta y cuando despierto suele estar a punto de terminar, o sea, más o menos viene a ser como un partido de baloncesto, que viendo los cinco minutos finales es suficiente. En líneas generales, los deportes por la tele suelen ser muy aburridos, fútbol incluido, aunque no tanto como una retransmisión en directo y comentada - lo he visto yo con estos ojitos - de una partida de ajedrez en la Televisión cubana.

Todas estas retransmisiones deportivas por televisión dependen de la publicidad y las subvenciones, y puedo entender perfectamente que Ada Colau como futura alcaldesa, se plantee dejar de subvencionar Montmeló con 4 millones de euros cada año, aunque supongo sabe que el ayuntamiento es el propietario del 80% del circuito. Pero a veces conviene coger el rábano por las hojas, que por cierto son también comestibles, y con ese dinero se pueden hacer muchas cosas más productivas e interesantes que subvencionar unas carreritas de coches y un tractor en el caso de Fernando Alonso, que como decía antes, ya no tienen ninguna razón de ser por obsoletas.
En el siglo XX a la postre, se entró a mitad de los sesenta y parece que al XXI vamos por el mismo camino, hay demasiados conceptos anticuados a superar, y la Fórmula 1 sería uno de ellos. No tiene razón de ser, el coste de un espectáculo soso y aburrido en que los bólidos ya ni hacen ruido, no tiene ningún sentido, es una pérdida de tiempo y un obscena gasto de dinero.
No sé si realmente Ada Colau piensa retirar esta subvención, o se trata de una lacra más que le quieren endilgar los del otro bando, pero me parecería bien, lo primero es lo primero, y lo primero son los ciudadanos de Barcelona desfavorecidos, y eso que digo, no es demagogia, es sentido común, un sentido común del que parece que la Sra. Colau tiene bastante, y es que 4 millones de euros son más de 66 millones de pesetas, que también es una definición anticuada, pero que da mejor la medida de la ayuda actual del Ayuntamiento al circuito de Montmeló.