Los tumores cerebrales se disparan en Galicia y el sospechoso está bajo tierra. Un estudio elaborado en municipios de Orense y Pontevedra relaciona la aparición de cáncer en el cerebro con las altas concentraciones de radón, un gas radiactivo. 

Como recordarán de su época en el colegio, el radón es uno de los gases nobles, el único radiactivo. Además de esto, es la principal causa de cáncer de pulmón para aquellas personas que nunca han fumado tabaco. No tiene color ni olor, pero mata.
La tecnología había corregido con éxito un gen causante de la ceguera, pero dos de los animales habían sufrido más de 1.500 mutaciones y más de 100 inserciones y deleciones. Ahora, un nuevo estudio realizado en Galicia vincula las altas concentraciones de este gas a la aparición de tumores cerebrales. El trabajo identifica una quincena de municipios en Orense y Pontevedra donde la incidencia de este tipo de cánceres es preocupante. En todos ellos, la concentración de radón residencial -el que se acumula dentro de las viviendas- resulta igualmente alta.
"El radón está vinculado causalmente con el cáncer de pulmón, existe incertidumbre en si podría causar tumores en otros lugares del cuerpo, como la piel, los riñones o el cerebro", explica a Teknautas Alberto Ruano, investigador en epidemiología del cáncer de la Universidad de Santiago de Compostela y uno de los autores del estudio, publicado hace escasos días en 'Scientific Reports'.
En municipios de Orense como O Bolo y A Mezquita la cantidad de radón residencial registrada por los investigadores supera ampliamente el límite máximo de radiación establecido por una nueva directiva de la Comisión Europea a 300 becquerelios por metro cúbico. Algunos estudios estiman que, por cada 100 becquerelios que aumenta la concentración de radón en una vivienda, el riesgo de padecer cáncer aumenta en un 16% y, aunque los datos parecen apuntar a una asociación de causa-efecto, Ruano prefiere ser cauteloso. "No se pueden establecer sus causas a ciencia cierta, aunque los estudios indican que la exposición a radiación parece que podría aumentar la incidencia a este tipo de tumores, habría que hacer más estudios y determinar en los pacientes la edad, el sexo, si fuman o si han recibido dosis de radiación médica", como radiografías o resonancias magnéticas.


Los pueblos de la zona con un mayor riesgo relativo de sufrir un tumor cerebral, tanto en hombres como en mujeres, son Mos, Campo Lameiro, Salceda de Caselas y Meaño. Sus habitantes tienen entre un 8% y un 22% más de posibilidades de padecer un cáncer de este tipo. "La correlación aparece en ambos sexos pero es más fuerte en las mujeres", explica Ruano, pero en general "no existen sitios que tengan mucha mortalidad por tumores cerebrales con bajas concentraciones de radón".
El origen del radón
Galicia no es la única zona de España afectada por este problema, que procede fundamentalmente del granito sobre el que se asientan estos pueblos. Como explica Manuel Regueiro, jefe de relaciones externas del Instituto Geológico y Minero de España, "La desintegración del uranio contenido en los minerales radioactivos que contienen las rocas, en especial el granito, es lo que da lugar al radón que como gas asciende hasta la vivienda construida encima".
Para esta historia, el elemento importante es el uranio-238, una forma inestable (isótopo) de este elemento radiactivo que, tras una serie de pasos intermedios, acaba convirtiéndose en radio y posteriormente en plomo. En un momento dado de esta desintegración, el radio emite una partícula de radiación alfa y gas radón, "que sale despedido a la atmósfera en sentido opuesto al de la partícula, como si fuera el retroceso de un arma", dice Regueiro.
La probabilidad de morir de un tumor cerebral es relativamente alta en cuatro municipios y esto nos está indicando algo
El radón se libera también en otros lugares de España, como la sierra de Guadarrama, pero en ningún sitio parece tan letal como en Galicia. ¿Por qué? Principalmente porque este gas se disuelve muy bien en agua: la humedad es su aliada, especialmente en los sótanos de los edificios. "El mantenimiento un sótano libre de radón puede ser un ejercicio similar a mantenerlo seco", explica el geólogo.
En condiciones normales, el radón se disuelve en la atmósfera y no causa ningún problema. Pero en ocasiones puede acumularse en altas concentraciones en sitios cerrados o mal ventilados. "El radón es un peligro porque se desintegra rápidamente para producir polonio-218, un sólido radioactivo que se aloja permanentemente en los pulmones", añade Regueiro. Una vez alojado, en cuestión de minutos comienza a emitir partículas radiactivas desde dentro, lo que puede acabar desembocando en un cáncer de pulmón.
Todo esto nos lleva de nuevo al comienzo, ¿de qué forma el radón puede generar tumores en el cerebro?
De nuevo, no hay aún respuestas definitivas, aunque Ruano especula que "un mecanismo potencial de causalidad podría ser que, como los pulmones son ricos en macrófagos, éstos podrían fagocitar estos sólidos procedentes del radón y quizá, acabar atravesando la barrera hematoencefálica y penetrar en el cerebro", apunta, "es una asociación posible pero hay que cogerla con pinzas".
Cómo puede reducirse el riesgo
Cuando la amenaza es de origen geológico parece inevitable, pero no significa que no pueda combatirse. "La probabilidad de morir de un tumor cerebral es relativamente alta en cuatro municipios, tanto para hombres como para mujeres, y esto nos está indicando algo", dice el investigador de la USC.
Tanto las autoridades sanitarias como el Consejo de Seguridad Nuclear están al tanto del problema pero nadie hace nada
"Que en Galicia tenemos algunos municipios con unas emisiones de radón verdaderamente altas es algo que conocen tanto las autoridades sanitarias como el Consejo de Seguridad Nuclear, pero nadie está haciendo nada", añade.
Los estados de la UE tendrán que asegurar el cumplimiento de la nueva normativa de protección radiológica antes del 6 de febrero de 2018, por lo que para Ruano "es llamativo que España sea uno de los países europeos más atrasados en este respecto".
Según el estudio de 'Scientific Reports', actualmente siete municipios de la zona incumplirían el límite de 300 becquerelios por metro cúbico: Fornelos de Montes (309), Cenlle (312), Esgos (313), A Pobra de Trives (341), Padrenda (363), A Mezquita (429) y O Bolo (450). El límite ya es, de por sí, bastante alto y recientemente la asturiana María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud, llamó a los estados a reducir a 100 Bq/m3 los niveles de radón residencial a partir de los cuales hay que tomar medidas. - elconfidencial.com.