¿BISUTERIA?, ¡NO GRACIAS!

Ahora que se acerca el periodo de vacaciones de verano, querría hablar de un aspecto bastante molesto sobre el que deberíamos reflexionar, una costumbre que no hay manera se pierda y que habría de erradicar, me vengo a referir a la costumbre de traer bisuteria o quincalla de recuerdo a los familiares y amigos cuando se vuelve de vacaciones vayas dónde vayas. Vendría a ser como la quincalla que los blancos les daban a los indígenas cuando les dió por invadir países, bisuteria que se debe aclarar – segun nos dicen – era a cambio de preciados tesoros, o al menos eso nos explicaban las peliculas americanas al uso. Con el tiempo las cosas han cambiado y ahora son los indígenas quienes esta quincalla o bisuteria (fabricada en China) en vez de dársela a los intrépidos turistas que los visitan – salacot o gorra en la cabeza - se las venden a buen precio, eso si, y estos, cargados como burros de trabajo vuelven que, más que de vacaciones parece que vengan del mercado semanal del pueblo de turno. Es relativamente fácil si estás en las llegadas de un aeropuerto saber de dónde viene el personal, obviamente, Mallorca y Santiago son los más claros, después vendrían los de Marrakech con las lámparas de pié, etc.
Se debería procurar abolir esta costumbre ancestral (de hace cuatro días) de llevar un regalito quincallero a familiares y amigos, la gente no sabe dónde ponerlo y estorba en todas partes. En casa ya lo hemos hecho y no ha habido ningún problema.

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1 Comentarios

  1. Lo que pasa es que la quincalla esta de moda. Las mujeres adoran eso.

    En una feria que estén muchos comerciantes de todo, la que tiene mas personas es las que venden quincalla.En Algarve es una locura.
    Ya me traeron regalitos y los guardé. Por eso se llaman recuerdos, para recordar quienes nos los dieron.

    En el aeropuerto también vienen los de Mexico con largos sombreros.

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