De comprar superficialidad

Nunca pensé que se podía ir a un supermercado a comprar tan sólo superficialidad, pero ayer por la tarde, en el Condis de mi barrio, una chica que había delante de mí haciendo cola en la caja, llevaba en el carrito de la compra, una botella de vino blanco, otra de cava, una caja de bombones y tambén una de profiteroles.
Se salvó de mi crítica de mirón que era joven y muy bonita, - digna de ser retratada por Leopoldo Pomés - y el hecho de llevar también en el carrito una caja de felicitaciones de Navidad de Médicos Sin Fronteras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario