Iba el otro día Vía de Massagué abajo, cuando me crucé con una señora mayor que caminaba con pasos pequeños y pese hacía rato había dejado de llover aún llevaba el paraguas abierto.
- Señora, ya puede guardar paraguas, Hace rato ha dejado de llover - le dije en castellano -
- Ya lo sé joven, contestó sonriente en catalàn, es que ya voy bien así y si vuelve a llover no hace falta que me moleste en abrirlo, aparte de que si me mojo podría crecer (era muy pequeña) y ya no tengo edad ahora de hacerlo.
Nos despedimos y cada uno siguió su camino.
Os preguntaréis porque le hice la pregunta en castellano, ¿verdad? Pues debe ser por pura rutina intuitiva, supongo que me pareció que sus facciones eran las de una castellano parlante y de manera automática traduje y entonces en darme cuenta que no era así volví al catalán.
Esta costumbre lo tenemos muy arraigada los de mi generación y costará mucho erradicar, y no entro a juzgar si hacemos bien o no, quizás es un problema de excesiva educación o que estamos acostumbrados a tratar de pequeños con muchos castellano hablantes que realmente no entendían el catalán y el bilingüismo nos funciona de manera automática, aunque a veces como aquel día, me equivoque.
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