LAS MAGDALENAS NO ERAN DE PROUST


El tribunal correccional de la ciudad flamenca de Dendermonde, acaba de condenar a un hombre de 50 años a seis meses de prisión por haber cogido dos bolsas de magdalenas caducadas de un contenedor de basura. El tribunal ha tipificado la acción de robo porque el contenedor de basura estaba situado en el aparcamiento de un supermercado de la localidad de Rupelmonde, un poco más al norte, en los alrededores de Amberes. El tribunal de Dendermonde considera que la acción de recuperar un alimento tirado a la basura es un robo, porque este alimento "sigue siendo propiedad del supermercado" incluso después de que la empresa lo haya tirado a la basura, según detalla el diario La Libre Belgique.

La denuncia contra el infortunado y necesidad ciudadano belga ha sido promovida por el supermercado, cuyo nombre no ha trascendido, y ha sido aplaudida por la federación empresarial de comercio y servicios Comeos. La federación empresarial considera muy positivo que el tribunal tipifique y sancione penalmente como robo la recuperación de la comida tirado a la basura por los supermercados, en una muestra preocupante de insensibilidad social y humana.

Y cuánta razón tienen los de la Federación empresarial; robar dos bolsas de magdalenas tiradas a un contenedor seguramente porque llevaban caducadas uno o dos días, o estaban a punto de caducar, a quien se le ocurre, sólo a un pobre que tiene hambre y revuelve los contenedores, los Supermercados roban legalmente la mayoría a sus proveedores y éstos no los denuncian. Dónde se ha visto, ahora el hombre no necesitará revolver nada, durante seis meses tendrá las tres comidas garantizados pagando el Estado. Bien mirado en Bélgica si eres pobre sale a cuenta coger (que no robar) un par de bolsas de magdalenas de un contenedor, aunque de hecho, quien debería haber puesto la denuncia no podría ser el Supermercado que ya había tirado al contenedor las magdalanes, ni el Ayuntamiento que aún no había recogido la basura. Aquí el único que podía poner la denuncia es el contenedor, y éste mucho más sabio que Supermercado y Ayuntamiento, no lo hizo.
Hay que tener en cuenta que estoy hablando de Bélgica, donde los tribunales de justicia destacan por la ligereza de sus sentencias en los delitos graves y las escasas condenas por violación, y esta nueva sentencia es digna de este país inmerso en el surrealismo cotidiano y sin Gobierno desde hace casi 11 meses.

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