LA TRAMPA EN LA QUE NO QUIEREN CAER LOS INDIGNADOS


La decisión tomada por los indignados tanto en Madrid como en Barcelona de abandonar la Puerta del Sol y la plaza de Catalunya parece la más sensata, dado que la acampada estaba derivando hacia senderos muy lejanos del objetivo inicial; a la acampada se habían añadido indigentes, vagabundos y otros a los que ya iba bien la movida, pero que no ayudaban a la acampada por sí misma.

No nos vamos, nos expandimos, para estar más cerca  decían en Madrid. Quizá sea mejor así, se puede seguir luchando por las ideas desde la proximidad, desde el día a día en los pueblos y ciudades sin cámaras ni mediatización de las imágenes. De hecho esto ya lo hace la CUP y otros partidos minoritarios, y no les va tan mal, pero han entrado en el engranaje político que lo corrompe todo, y ese es el problema y la trampa en la que no quieren precisamente caer los indignados.

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