He querido recuperar este comentario del mes de agosto pasado, porqué ahora que estamos inmersos de lleno en la crisis, vale la pena leerlo y tomar buena nota. Esta historia la leí hace muchos años en Unzu, un comercio de Pamplona y me parece muy ilustrativa de como a veces reaccionamos delante de una crisis en un sentido totalmente negativo y opuesto a como deberíamos hacerlo, influidos más que por la propia crisis en sim por la información o mejor dicho desinformación que nos llega desde los medios. Sobre todo del peor informado de todos: un economista.

"Hacia el año 1925 un hombre puso un pequeño negocio justo en medio de la ruta 66 en los Estados Unidos. Había mucho tráfico de camiones de transporte de mercancías y vehículos y el hombre empezó por una gasolinera y un pequeño chiringuito donde servía cafés, desayunos, comidas y lo que hiciera falta. Poco a poco dado que había establecido su negocio en un lugar estratégico, éste fue creciendo, amplió la gasolinera, abrió un restaurante mayor que amplió a Motel, más un área de servicio para guardar los camiones por la noche, así como un tren de lavado y servicio de reparación de vehículos y hasta un burdel.
El negocio le iba cada vez mejor hasta el punto que creó un pequeño imperio que iluminaba las noches de la zona con sus luces y neones. Éste hombre, que era analfabeto, decidió enviar a su hijo a estudiar a la mejor Universidad de los Estados Unidos, se lo podía pagar y no quería que el chico fuera un analfabeto ignorante como él.

Debido a sus limitaciones y a que tenía mucho trabajo y un grupo de empleados, nuestro hombre obviamente no leía diarios, ni escuchaba la radio o veía la televisión, él, trabajaba y ganaba el dinero a espuertas ajeno a todo el entorno mencionado.

El año 1930 volvió a casa el hijo licenciado con muy buena nota en Económicas.Sólo llegar llamó a su padre: ¡Padre! ¿Cómo es que haces este dispendio de luz con tantos letreros y neónes,? ¿que no sabes que el año pasado hubo un crack en la bolsa y estamos inmersos en una enorme crisis económica?
El padre se encogió de hombros contestándole: Chico, el negocio da mucho y no se ni que hacer con el dinero que gano.
¿quieres decir que hay crisis?.
Claro que la hay, contestó el hijo, ¿que no escuchas la radio?, ¿que no ves la Televisión?.
¡No! ¡contestó el padre, tengo demasiado trabajo para ocuparme de estas cosas.

¡Ay! suerte que he venido, remachó el hijo, tienes que cerrar inmediatamente el restaurante y el Motel, las luces por supuesto, es un gasto muy fuerte en energía, y el taller mecánico y el garaje, y cerrar también el burdel, la gente no está para el sexo con esta crisis. Debes mantenerte sólo con la gasolinera y el chiinguito y esperar a que remonte la situación económica.
El padre no lo veía nada claro, si todo rendía y funcionaba como una máquina perfectamente engrasada de ganar dinero no veía porque tenía que reducir su negocio, pero como el chico tenía estudios y él era un pobre analfabeto, le hizo caso. Al cabo de medio año el negocio era una ruina y ni siquiera daba la gasolinera o el chiringuito, pués la gente se detenía en otras áreas de servicio que habían ido proliferando y que ofrecían todos los servicios que él había cerrado.
Un día, cuando la cosa iba ya muy mal le dijo a su hijo: Chico, tenías razón, hay una enorme crisis y yo sin enterarme, suerte que tú eres economista y lo supiste detectar a tiempo."
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