En un comentario dejado a Miguel, le comentaba que el primer trabajo que me ordenaron al entrar de aprendiz en la empresa Pere Prat, en la calle de Sentmenat en Sabadell, fue ir a llenar el cántaro de agua que llevaba un camión cisterna y que la cogía de San Feliu del Racó. Este camión de la marca Ebro y de color gris como la época, también llevaba garrafas y hasta que salieron las aguas embotelladastenia mucho trabajo. Pero a este hombre le salieron dos competidores con los que no contaba, Franco y Pérez, SA. Estos dos tenían una cuba con la particularidad de que iban a buscar el agua de noche a hurtadillas y sin pasar por caja a los propietarios de la fuente. Propietarios que un día se dieron cuenta o alguien les avisó y una noche cuando iban a llenar, ya los esperaba la policía que los cogió in fraganti.
Los propietarios cuantificaron el agua sustraída ilegalmente de acuerdo con las declaraciones de Franco y Pérez, que decían no podían pagar ya que no tenían un duro y todavía estaban pagando el camión cisterna. El abogado de los propietarios dijo que al ser una SA algún capital debían tener y algo con que responder, aunque fuera poco, y entonces Carlos Franco le contestó, SA? no tenemos ninguna ni sabemos que es, lo pintamos en el camión para que todos llevan SA o SL y quedaba bien.
El juez los condenó, pero fue una condena leve que no comportó prisión, y el hombre que legalmente repartía el agua de Sant Feliu del Racó continuó durante unos años más hasta que el agua envasada en plástico indestructible le fué arrinconando y finalmente tuvo que plegar.
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